miércoles, 2 de octubre de 2013

¿Palabrería?

En la Biblia leemos: “Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida, de las cuales cosas, desviándose algunos, se apartaron a vana palabrería” (1 Timoteo 1:5-6)

La nota, no exenta de asombro, comunicaba acerca de un Senador que pronunció un discurso de veintiún horas con el propósito de impedir la votación de una reforma de ley de su país: “.. táctica que establece que un legislador puede `secuestrar´ un debate siempre que pueda hablar de manera continuada para forzar una votación o para impedirla" .Este Senador “abordó el tema que le interesaba, pero también habló de su familia, de temas personales, gustos televisivos, etc. Todo lo que se le ocurrió para no dejar de hablar...”

La Biblia nos presenta como “cartas” para ser leídas o escuchadas...
  • “Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres, siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo...” (2 Corintios 3:2-3)
En esta condición, siendo de esta manera la “voz audible de Dios en la tierra”, tal como los legisladores son la “voz de su pueblo”,  ¿`secuestramos´ la atención de los oyentes/testigos con nuestras palabras o actos?
  • “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mateo 5:16)
¿Qué ven y oyen los que nos observan? ¿Distraemos su atención del Señor a causa de nuestros errores y pecados o los encaminamos hacia El?
  • “Sino que como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir... manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras” (1 Pedro 1:15; 2:12)
  • “Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu fe y pureza... Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que  te oyeren” (1 Timoteo 4:12-16)
El Señor Jesucristo advertía acerca de la importancia de las cosas espirituales por sobre las superficiales:
  • “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello... ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia...” (Mateo 23:23-25)
Recordemos: Lo que manifestamos en nuestra vida, debe mostrar claramente al Salvador y Señor, sin distraer la atención de sobre El...
TBS

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