La Biblia nos dice lo siguiente
sobre la vida : “...¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se
aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece” (Santiago
4:14)
La nota del diario decía: “La
vida es un juego y todos participan”. Hablaba sobre incentivos continuos
que otorgan empresas a sus clientes por consumir sus productos; puntos por
cafés, distintivos por ahorrar electricidad, también padres premiando a sus
hijos por hacer cosas normales y necesarias en la vida, como el estudio, el
ejercicio físico, la ayuda dentro de la casa...
Alguien dijo que “los juegos se
inmiscuyen en cada recoveco de la vida porque los sistemas de recompensas
resultan satisfactorias... hemos llegado al punto donde tendemos a volver las
cosas placenteras en lugar de efectivas”
Es cierto que debemos aprovechar al
máximo la vida que nos da Dios aquí en la tierra, alcanzando todos los
propósitos para los cuales nos fue dada:
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“Jehová cumplirá su propósito en mí; tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; no desampares la obra de tus manos” (Salmos 138:8)
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“He aquí, pues, el bien que yo he visto: que lo bueno es comer y beber, y gozar uno del bien de todo su trabajo con que se fatiga debajo del sol, todos los días de su vida que Dios le ha dado; porque esta es su parte” (Eclesiastés 5:18)
Y también es cierto que Dios nos
habla de recompensa a ciertas acciones y actitudes:
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“El que menosprecia el precepto, perecerá por ello; mas el que teme el mandamiento será recompensado... Así será a tu alma el conocimiento de la sabiduría; si la hallares, tendrás recompensa...” (Proverbios 13:13; 24:14)
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“Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor” (1 Corintios 3:8)
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“Sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís” (Colosenses 3:24)
Pero no todo se trata de juegos e
incentivos. La vida es relativamente corta y en ella recibimos responsabilidades
que debemos cumplir...
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“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efesios 2:10)
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“Pero si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio! Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa tendré; pero si de mala voluntad, la comisión me ha sido encomendada. ¿Cuál, pues, es mi galardón? Que predicando el evangelio, presente gratuitamente el evangelio de Cristo, para no abusar de mi derecho en el evangelio” (1 Corintios 9:16-18)
Recordemos: Podemos
disfrutar plenamente de todo lo bueno que la vida nos da... Pero debemos hacer
aquello para lo cual nos ha sido dada...
TBS
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