miércoles, 30 de enero de 2013

Misericordia y Compasión


La Biblia nos dice: “Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; mas la lengua de los sabios es medicina” (Proverbios 12:18)

La nota aconsejaba qué decir y qué dejar de decir cuando algún amigo se enferma. No diga: “te ves bien” porque minimiza la situación del enfermo..., ni, “al menos no tendrás que trabajar” porque puede tener muchas cuentas por pagar y se angustiará; o “si te relajas te vas a sentir mejor” porque puede estresar más al que está sufriendo... Mejor es expresar comprensión y empatía: “No sé qué decir, pero me importas... si debes llorar, tengo muchos pañuelos... voy al súper... ¿te traigo algo?”

Pueden parecer trivialidades, pero resultan claramente significativas para los que pasan por situaciones de dolor y enfermedad, donde tal vez necesitan más ayuda, más dinero, menos preocupaciones.

En la Biblia encontramos muchas recomendaciones acerca del trato hacia el que padece algún tipo de dolor sea físico o emocional:
  • “En toda labor hay fruto; mas las vanas palabras de los labios empobrecen... Panal de miel son los dichos suaves; suavidad al alma y medicina para los huesos” (Proverbios 14:23; 16:24)
Para poder expresar palabras adecuadas a la situación dolorosa del prójimo, necesitamos una Obra en nuestro corazón, que nos prepare y disponga a hacerlo:
  • “El ojo misericordioso será bendito, porque dio de su pan al indigente” (Proverbios 22:9)
  • “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia” (Mateo 5:7)
  • “Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso” (Lucas 6:36)
  • “Antes, sed benignos unos con otros, misericordiosos...” (Efesios 4:32)
  • “Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables... bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición” (1 Pedro 3:8-9)
Es difícil comprender el dolor ajeno si no se ha vivido igual o semejante circunstancia, pero ello no nos exime de mostrar misericordia, porque esto es algo que proviene del Señor:
  • “He aquí tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo” (Santiago 5:11)
Y así como actuaba el Señor, nos dice que debemos hacerlo nosotros:
  • “y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos... y Jesús, llamando a sus discípulos, dijo: Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo; y no tienen qué comer, y enviarnos en ayunas no quiero, no sea que desmayen en el camino...” (Mateo 14:14; 15:32)
  • “Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis” (Juan 13:15)
  • “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas” (1 Pedro 2:32)
Recordemos: Dios es Compasivo, Misericordioso y Su Ejemplo debe servirnos para imitarlo en el trato con nuestro semejantes en necesidad...
TBS

No hay comentarios:

Publicar un comentario