domingo, 13 de enero de 2013

Sutilmente...


La Biblia nos dice: “Antes bien, renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad...” (2 Corintios 4:2)

Una nota hablaba acerca de despenalizar el consumo de una de las drogas más conocidas y utilizadas y no por ello menos malignas y adictivas. La nota se explayaba en cómo se debía proceder para la legalización de consumo, producción y venta, colocándola a la par de otros “logros” como el aborto y el casamiento de personas del mismo género.

Al leerlo me vino a la mente la palabra “sutil o sutilmente”, cuyo significado es “perspicaz, agudo, ingenioso, sagaz, astuto, suave, delicado, cuidadoso, detallado”

¿Y en qué más me hizo pensar? En 2 Corintios 2:11: “...para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones”

Cuando Dios creó al hombre, lo hizo a imagen y semejanza suya, lo cual debe necesariamente significar que tenía un elevado grado de inteligencia. Por lo tanto, cuando el pecado entró en el mundo, lo hizo mediante un engaño sutil y no de manera burda o escandalosa como lo esperaríamos:
  • “Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho...” (Génesis 3)
Luego la pecaminosidad fue escalando posiciones, hasta límites insospechados:
  • “Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra... Vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal...” (Génesis 6)
  • “Para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error... teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay; por la dureza de su corazón; los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza” (Efesios 4:14,18-19)
El pecado llego a abundar, y fue allí donde tuvo que sobreabundar la Gracia de Dios:
  • “Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo Señor nuestro” (Romanos 5:20-21)
La Gracia de Dios es la más poderosa manifestación de su Obra. Pero ¡cuántos estragos producidos por el pecado debemos lamentar debido a la astucia del maligno hasta que la Gracia realiza su Obra!

Seamos cuidadosos para no ser embaucados por las sutilezas del pecado y tengamos en cuenta la advertencia del Apóstol Pablo:
  • “No reine pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?” (Romanos 6:12-16)
Recordemos: Lo que la Biblia dice que es pecado no dejará de serlo por más sutilmente que sea disfrazado...
TBS

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