sábado, 11 de mayo de 2013

Dios es Nuestra Ayuda…


Leer Salmos 124

“Este Salmo parece representar una situación parecida a la de los anteriores, es decir, el contexto del libro de Nehemías… El Salmista hace ver la gravedad del peligro en que se veían (v.1-5). Da a Dios la Gloria por el escape que han conseguido (v.6-7). De ahí toma ánimos para confiar en Dios (v.8)” (Mathew Henry)

El Salmista declara la Protección de Dios…
  • “A no haber estado Jehová por nosotros… Vivos nos habrían tragado entonces…” (Salmos 124:1-3)
“El Pueblo de Dios se hallaba a punto de ser destruido. Pero, cuanto más grave es la enfermedad, mejor se echa de ver la pericia del médico que la cura” (Mathew Henry)

“Si El Señor no hubiera estado de nuestra parte…”, es un planteo inquietante. Pero es bueno evaluar la situación de acuerdo a la reflexión de Charles Spurgeon: “Imaginémonos lo que sucedería si el Señor nos hubiera dejado; y,  por otra parte, podemos ver lo que ha sucedido por el hecho de que nos haya sido fiel”

El Salmista describe la ferocidad de los enemigos por medio de una figura verbal que manifiesta sus verdaderas intenciones: “Vivos nos habrían tragado entonces”, lo cual según Joseph Caryl, “implica comer con apetito insaciable; todo el que ha de comer ha de tragar, pero el glotón parece más bien tragar que comer. No se entretiene mascando”. La idea es que estaban más enfocados en lograr destruir al Pueblo de Dios que en el proceso o manera de llevarlo a cabo. Por ese motivo se repite dos veces el reconocimiento indudable del aporte de Dios para que pudieran ser guardados de todo mal…

El Salmista declara la Prevención de Dios…
  • “Entonces nos habrían inundado las aguas… Hubieran entonces pasado sobre nuestra alma las aguas impetuosas” (Salmos 124:4-5)
“Somos como un pequeño arbusto que hace poco crece y no tiene arraigo; pero el enemigo es como el Elba saliendo de madre y con gran fuerza derriba todas las cosas que se le oponen.  Nosotros somos como una hoja marchita pendiente por el rabillo del árbol; él es como el viento del norte que puede derribar los árboles de cuajo. ¿Cómo pues, podemos resistir o defendernos con nuestro poder?” (Martín Lutero)

El Salmista ahora enfatiza el poder del enemigo comparándolo con “aguas”, “torrente” y “aguas impetuosas”… Como se preguntara Lutero: ¿Es posible resistir el poder de la maldad?... Humanamente es imposible, pero Isaías 59:19 nos recuerda que “vendrá el enemigo como río, mas el Espíritu de Jehová levantará bandera contra él”, porque Dios se anticipa a los peligros y prepara las respuestas antes que necesitemos hacer las preguntas…

El Salmista declara la Provisión de Dios…
  • “Bendito sea Jehová… Nuestro socorro está en el nombre de Jehová que hizo el cielo y la tierra” (Salmos 124:6-8)
“Como si el Salmista hubiera dicho: En tanto que veo cielo y tierra, no desconfío. Espero en el Dios que ha hecho todas estas cosas de la nada; y, por tanto, mientras las vea como dos monumentos permanentes de su poder, cielo y tierra, nunca me desanimaré” (Thomas Manton)

Describe también en otra gráfica imagen verbal que la tribulación que les aquejaba se asemejaba a un “lazo” o una “trampa” donde podía caer un ave similar a un gorrión. Para escapar, al ser tan frágil, no lo puede hacer por su propia capacidad sino con la ayuda de “alguien” que le libere de su triste condición… ¿Quién más que Dios puede ser nuestra ayuda en la adversidad? Como bien lo expresara Edmund Calamy: “Los muros de los espartanos eran sus lanzas; los muros de los cristianos son sus oraciones. Su ayuda sigue siendo el nombre del Señor, que hizo los cielos y la tierra”

Recordemos: Su Poder se perfecciona en mi debilidad…
DECH

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