Leer Salmos 119:161-168
Un buen título para esta porción
podría ser: “La Paz que viene por el Amor”, teniendo en cuenta
principalmente como emblemático el v.165. Es interesante que ese sentir se
refleja en el hecho de que el Salmista no eleva ninguna petición como suele
hacer en otros casos dentro del mismo Salmo.
“Un asombro sincero y regocijo en
la Palabra de Dios produce no sólo aborrecimiento de las mentiras y falsedades,
sino también una alabanza continua, gran paz personal y percepción de la
Omnisciencia de Dios” (Gerard Chrispin)
La primera y la última frase de esta
octava nos ponen en contexto acerca de la situación del Salmista; si las leemos
corridas podemos comprender mejor sus expresiones. El dice: “Príncipes me
han perseguido sin causa (v.161)… Porque todos mis caminos están delante de ti
(v.168)”, lo que implica que aunque los hombres le acusaban y perseguían
realmente Dios sabía todo acerca de Él y en un sentido concreto es el Único que
podría acusarlo o condenarlo…
Comienza explicando su Relación con
la Palabra de Dios…
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“Me regocijo en tu palabra…” (Salmos 119:161-163)
El Salmista considerando su situación
personal experimenta una relación profunda con Dios por medio del conocimiento
de Su Palabra, lo que puede verse claramente en…
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Su Reverencia: “Pero mi corazón tuvo temor de tus palabras” (v.161). “Los que tiemblan al ser redargüidos por la Palabra pueden triunfar en las consolaciones de la misma” (M.Henry)
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Su Regocijo: “Me regocijo en tu palabra” (v.162) “Así como el guerrero se goza cuando alcanza un gran botín en el campo de batalla, el botín del salmista es el gozo y la felicidad que el cumplimiento de la ley de Dios le proporciona” (M.Henry)
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Su Respuesta: “Tu Ley amo” (v.163). En contraste con la “mentira” que aborrece declara su amor por la Palabra de Dios y “así debe ser, el corazón ha de tener algún objeto más santo para llenar el vacío, o no habrá seguridad de no recaer en el pecado” (Barton Bouchier)
Continúa expresando su Reposo en la
Palabra de Dios…
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“Mucha paz tienen los que aman tu ley…” (Salmos 119:164-165)
“Entre las tormentas y
tempestades del mundo hay una calma perfecta en el pecho de los que no sólo
hacen la Voluntad de Dios, sino que la hacen con amor” (Oliver
Heywood)
Evidentemente cuando el Salmista
declara “Siete veces al día te alabo” está demostrando una relación tan
estrecha con Dios y Su Palabra que se nos hace sencillo comprender porque lo
embargaba la paz en medio del peligro. Como dice John Mac Arthur: “Siete se
emplea quizás en el sentido de perfección, de lo que es completo, significando
aquí una actitud continua de alabanza que caracteriza la vida del
salmista”
Concluye exponiendo su
Responsabilidad por la Palabra de Dios…
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“Tu salvación he esperado, oh Jehová, y tus mandamientos he puesto por obra…” (Salmos 119:166-168)
Nuevamente demuestra que una relación
estrecha con Dios implica una respuesta adecuada a Su Palabra por lo cual
podemos ver…
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Su Reacción: “Tus mandamientos he puesto por obra” (v.166)
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Su Respeto: “Mi alma ha guardado tus testimonios y los ha amado en gran manera” (v.167)
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Su Renovación: “He guardado tus mandamientos y tus testimonios” (v.168)
Creer y confiar sin obedecer no
tienen lógica en la matemática de Dios, porque Él mira al “pobre, humilde de
espíritu y que tiembla a su palabra” (Isaías 66:2)
Recordemos: “Y
el efecto de la Justicia será Paz…” (Isaías 32:17)
DECH
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