sábado, 4 de mayo de 2013

Dios es Nuestra Vida…


Leer Salmos 119:153-160

“El avivamiento espiritual personal viene a través de la Palabra revelada de Dios, Sus Juicios y Su Misericordia” (Gerard Chrispin)

Esta sección podría titularse “La insistencia en la oración” o “Clamor por un avivamiento personal”. El Salmista se presenta delante del Señor y clama porque Él “mire” su condición y le “de vida” en medio de su aflicción.

El Salmista busca Vida en la Palabra de Dios…
  • “Vivifícame con tu palabra…” (Salmos 119:153-155)
“El Salmista desea dos cosas, y estas dos cosas se funden: primero, una consideración plena de su aflicción; segundo, liberación; y luego, que esta liberación viniera en consideración de su aflicción” (Charles Spurgeon)

Se presenta delante del Señor y le pide: “Defiende mi causa”, como si dijera: “Tú eres no sólo mi Juez sino también mi Abogado, tómame por cliente y defiende mi caso contra los que me persiguen” (Mathew Henry). La base sobre la que espera que sea elevada su defensa es la misma Palabra de Dios, porque él no la ha “olvidado” y sus detractores “no buscan” cumplirla.

Dos pasajes del Nuevo Testamento nos permiten identificarnos plenamente con la experiencia del Salmista, ya que también tenemos vida en la Palabra y un Abogado en los Cielos que nos defiende:
  • “El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida” (Juan 6:63)
  • “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo, el Justo” (1 Juan 2:1)
El Salmista busca Vida en los Propósitos de Dios…
  • “Vivifícame conforme a tus juicios…” (Salmos 119:156-157)
Vemos que contrasta sus “muchos perseguidores” con las “muchas misericordias” de Dios, y como explica Mathew Henry: “Esta debe ser la mentalidad de todo verdadero creyente, quien siendo realista (“muchos son mis enemigos”) puede ser optimista (“muchas son tus misericordias”), con tal que el pensamiento de la compasión de Dios hacia los que le aman preceda al del peligro que pueda acechar, pues no hay peligro que pueda oponerse al infinito poder de Dios para salvar. El volumen del mal cercano (v.150) será así pequeño frente al Dios cercano (v.151)”

El Salmista busca Vida en la Persona de Dios…
  • “Vivifícame conforme a tu misericordia…” (Salmos 119:158-160)
Su argumento principal para reclamar la ayuda del Señor se encuentra en la declaración del v.159: “Mira, oh Jehová, que amo tus mandamientos”. No está diciendo “cumplo, guardo u obedezco tus preceptos” sino que los “ama”. “Nuestra obediencia es agradable a Dios únicamente cuando procede del amor; no se ama por obediencia, sino que se obedece por amor” (Mathew Henry)

El Señor Jesucristo explicó claramente esta relación profunda a los discípulos para que ellos comprendieran que el amor genuino está íntimamente emparentado con el sacrificio y compromiso mutuo: “Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando” (Juan 15:12-14)

Por ese motivo, el mismo Apóstol Juan, escribía más adelante: “Nosotros le amamos a Él, porque Él nos amó primero” (1 Juan 4:19)

Recordemos: Para quien cree la Vida está en la Obediencia…
DECH

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