viernes, 17 de mayo de 2013

Dios es Nuestro Perdón…


Leer Salmos 130

El famoso dramaturgo inglés William Shakespeare dijo en cierta ocasión: “El perdón cae como lluvia suave desde el cielo a la tierra. Es dos veces bendito; bendice al que lo da y al que lo recibe”

“El Espíritu Santo presenta aquí dos pasiones opuestas de modo claro: temor, con respecto a los pecados que merecen castigo, y esperanza, con respecto a misericordias no merecidas” (Alexander Roberts)

El Salmista expresa su Plegaria…
  • “De lo profundo, oh Jehová, a ti clamo…” (Salmos 130:1-2)
“No importa mucho donde nos hallamos si podemos orar; pero la oración nunca es más real y aceptable que cuando nos hallamos en los peores lugares. Los lugares profundos engendran devoción profunda. Las profundidades de la sinceridad son agitadas por las profundidades de la tribulación. Los diamantes brillan más en la oscuridad. El que ora desde lo profundo no se hundirá en esta profundidad. El que clama desde lo profundo pronto cantará en las alturas” (Charles Spurgeon)

El Salmista espera Su Perdón…
  • “Jah, si mirares a los pecados, ¿quién, oh Señor podrá mantenerse? Pero en ti hay perdón…” (Salmos 130:3-4)
Alguien dijo en cierta ocasión: “En los juicios humanos, se castiga al que confiesa su culpa; en el Divino, se perdona”. El Salmista sabía muy bien que el Omnisciente Señor conoce cada una de nuestras transgresiones y que ante Su Tribunal nadie puede mantenerse en pie, por lo cual solo por causa de la clemencia de Dios se puede esperar el perdón no merecido. Al decir “contigo está el perdón” implica que al tenerlo como un compañero inseparable Dios obra misericordiosamente con quienes se acercan a Su Gracia…

El Salmista expone su Paciencia…
  • “Esperé yo a Jehová, esperó mi alma…” (Salmos 130:5-6)
“Los que velan esperando la mañana esperan que se levante el sol para que los libre de las tinieblas que impiden la vista; pero yo espero que se levante el Sol de Justicia para que disipe los horrores de la oscuridad que atemorizan mi alma. Ellos aguardan la mañana para tener luz en la que andar; pero yo espero la aurora de arriba para qué de luz a los que están sumidos en la oscuridad y sombra de muerte, y para que guíe sus pies por el camino de paz” (Richard Baxter)

El Salmista entiende Su Propósito…
  • “Espere Israel a Jehová…” (Salmos 130:7-8)
El Salmo termina con una exhortación para que el Pueblo confíe y espere en el Señor como lo estaba haciendo el Salmista. El Propósito de Dios para con los suyos es evidente cuando se considera:

1. Su Carácter: “Porque en Jehová hay misericordia” (v.7b). Literalmente se lee en el idioma original “con Jehová está el amor”. El Apóstol Juan afirmaba que “Dios es Amor” y que, en consecuencia “nosotros le amamos a Él, porque Él nos amó primero” (1 Juan 4:8, 19)
2. Su Capacidad: “Y abundante redención con él” (v.7c). Lo cual implica que Él tiene un poder ilimitado para redimir y salvar. La combinación de su “misericordia” y su “redención” son motivo suficiente para que aprendamos a “esperar” en El Señor…
3. Su Compromiso: “Y él redimirá a Israel de todos sus pecados” (v.8). El Salmo comienza con el alma angustiada en las profundidades y termina en las alturas de la redención de toda iniquidad. David decía apropiadamente: “Él es quien perdona todas tus iniquidades… el que rescata del hoyo tu vida…” (Salmos 103:3-4)

Recordemos: La Gracia de Dios nos lleva sin escalas desde las profundidades hasta las alturas a través de Su Perdón…
DECH

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