viernes, 10 de mayo de 2013

Dios es Nuestra Seguridad…


Leer Salmos 123

“Este Salmo (como vemos) es muy corto, y por tanto un buen ejemplo para mostrar que la fuerza de la oración no consiste en las muchas palabras, sino en el fervor del espíritu. Porque se pueden hacer caber en pocas palabras cuestiones grandes y de peso, si proceden del espíritu y los gemidos indecibles del corazón, especialmente cuando nuestra necesidad es tal que no puede permitir una oración larga. Toda oración es bastante larga si es ferviente y procede de un corazón que entiende la necesidad de los santos” (Martín Lutero)

Plantea la necesidad de Paciencia Sumisa…
  • “A ti alcé mis ojos, a ti que habitas en los cielos. He aquí, como los ojos de los siervos que miran a la mano de sus señores, y como los ojos de la sierva a la mano de su señora” (Salmos 123:1-2b)
El Salmista alza sus ojos como en el Salmo 121, pero no dirige su mirada a “los montes” sino al mismo Señor que habita “en los cielos”. Esta referencia en este caso simboliza  el poder y protección del Señor más que su gloria y majestad… Esto nos recuerda que como hijos de Dios debemos mirar más allá de las circunstancias pasajeras y mirar hacia el Lugar donde por fe nuestra vida está depositada…
  • “Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristi sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios” (Colosenses 3:1-3)
“La comparación (v.2) con la mirada de los esclavos y esclavas a las manos de sus amos tiene un doble significado: (A) Atención constante a las órdenes de sus señores, los cuales pueden indicar su voluntad como un simple movimiento de la mano, bien conocido por la servidumbre (B) Expectación para recibir de esas manos el alimento diario (Proverbios 31:15). De las dos maneras hemos de mirar a las manos de nuestro Padre: para cumplir con diligencia y prontitud su voluntad, y para esperar de Él gracia y poder” (Mathew Henry)

Plantea la necesidad de Petición Sostenida…
  • “Así nuestros ojos miran a Jehová nuestro Dios, hasta que tenga misericordia de nosotros. Ten misericordia de nosotros, oh Jehová, ten misericordia de nosotros” (Salmos 123:2c-3a)
El Salmista pide “misericordia” o “favor” de parte de Dios por causa de una situación que él consideraba insostenible y que le hacía sentir extremadamente miserable.  Algunos comentaristas creen que este Salmo fue compuesto en días de Nehemías cuando los enemigos asediaban al Pueblo que procuraba reconstruir la Ciudad Santa…

“Nuestros ojos aguardan, esperan. Hay buenas razones para ello; el aguardar es más que mirar; el aguardar es mirar constantemente, con paciencia y sumisión, sometiendo nuestros afectos, deseos y voluntades a la voluntad de Dios; esto es aguardar” (Richard Holdsworth)

Plantea la necesidad de Protección Suficiente…
  • “Porque estamos muy hastiados de menosprecio. Hastiada está nuestra alma del escarnio de los que están en holgura, y del menosprecio de los soberbios” (Salmos 123:3b-4)
Cuando Nehemías trabajaba arduamente con el Pueblo de Israel para restaurar los muros de Jerusalén, Sanbalat “se enojó y se enfureció en gran manera, e hizo escarnio de los judíos”. Ante estas amenazas la oración de aquel hombre de Dios fue: “Oye, oh Dios nuestro que somos objeto de su menosprecio…” (Nehemías 4:1-5). Es cierto que muchas veces las personas nos dañan, pero la mejor respuesta es plantear nuestro tema delante de Aquel que conoce el oprobio, lo sufrió por nosotros y puede dar consuelo a nuestra alma dolorida…

Recordemos: No hay respuesta en la tierra para lo que corresponde al Cielo…
DECH

No hay comentarios:

Publicar un comentario