martes, 14 de mayo de 2013

Dios es Nuestro Progreso…


Leer Salmos 127

“El título probablemente indica que David escribió esto para su hijo Salomón, en quien tanto se regocijaba, y cuyo nombre Jedidiah o “amado del Señor”, es introducido en el segundo versículo. El espíritu de su nombre, “Salomón, o pacífico”, respira en todo este Salmo encantador” (Charles Spurgeon)

La Necesidad de la Dependencia…
  • “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican…” (Salmos 127:1)
Si David escribió el Salmo como parte de sus consejos a su heredero en el Trono, es probable que el enfoque principal estuviera en la expectativa que él tenía acerca de la gran tarea de levantar un Templo para Dios, cosa que le estaba vedada y correspondía hacer a su hijo. Pero también es cierto, que el futuro Rey de Israel debía cuidarse de no fallar en aquello que David había fracasado, esto es la vida de sus propios hijos y el establecimiento de una descendencia sólida. Fuera cual fuera la labor que debía encarar Salomón, necesitaba tener en cuenta algo que comentaba Charles Spurgeon: “La palabra “en vano” es la clave aquí, y resuena claramente tres veces. Los hombres que desean edificar saben que han de trabajar y, en consecuencia ponen en ello toda su habilidad y fuerza; pero recuerden que si Jehová no está con ellos, sus planes terminarán en fracaso”. Como ejemplo, bien vale recordar a quienes infructuosamente procuraron levantar Babel pero cuando Dios lo determinó “dejaron de edificar” (Génesis 11:8)

1. La Casa: “Si Jehová no edificare la casa” (v.1a). Las palabras “hijo”, “hija” y “casa” tienen una misma raíz en el idioma hebreo, el verbo “edificar”. Sea un edificio o un hogar el principio es el mismo… sin Dios de por medio es una tarea vacía de sentido y sin proyección espiritual alguna…
2. La Ciudad: “Si Jehová no guardare la ciudad” (v.1b). Los mejores intentos de defensa no sirven para nada porque vez tras vez encontramos en la Biblia el concepto de que Dios es Nuestro Protector y en Él debemos descansar…

La Naturaleza del Descanso…
  • “Pues a su amado dará Dios el sueño” (Salmos 127:2)
Al considerar este texto resuenan en nuestra mente las palabras que el mismo David declaraba en el Salmo 4:8… “En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque sólo tú, Jehová, me hace vivir confiado”. Es evidente que el buen descanso no llega por acumulación de fatiga sino cuando tenemos paz verdadera, y esto solo puede suceder si literalmente somos “acunados” por la Mano Bondadosa del Señor… “Nótese que Jesús estaba dormido en medio del tumulto de la tempestad en el mar. Sabía que estaba en las manos de su Padre y, por tanto, estaba tan sosegado en el espíritu que las olas eran un arrullo para Él; sería lo mismo para nosotros si fuéramos más como Él” (Charles Spurgeon)

La Nobleza de la Descendencia…
  • “He aquí, herencia de Jehová son los hijos…” (Salmos 127:3-5)
La Bendición de Dios para Adán y Eva incluía el hecho de tener descendencia, y para nosotros no es diferente, porque los hijos son:

1. Prestados: “herencia de Jehová son los hijos” (v.3a). Si bien los disfrutamos, son producto de la Mano Creadora del Señor, Quien los formó y los conoce desde mucho antes que nosotros supiéramos de su existencia. Debemos ser buenos administradores de esta “herencia” y formarlos según Dios…
2. Preciosos: “cosa de estima el fruto del vientre” (v.3b). Debemos estimarlos como lo que son, la posesión más maravillosa que Dios nos dio y lo que da un sentido concreto a nuestra existencia…
3. Proyección: “Como saetas…” (v.4). Por medio de nuestros hijos podemos llegar donde no alcanzan nuestras fuerzas…

Recordemos: Si no lo hace Dios no vale la pena hacerlo…
DECH

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