lunes, 8 de abril de 2013

Aguas de Vida...

La Biblia dice: “En las alturas abriré ríos, y fuentes en medio de los valles; abriré en el desierto estanques de aguas, y manantiales de aguas en la tierra seca” (Isaías 41:18)
 
La nota, hablando de las recientes y terribles inundaciones sufridas en la ciudad, decía al respecto: “Ninguna vida es igual después del agua; queda la humedad, el olor que se resiste a irse, queda lo que se perdió para siempre, el frío, las manos extendidas hacia una ayuda que no llega...”
 
Se trataba de aguas que provocan muerte, desesperanza y destrucción... Aguas que vienen de repente y lo cubren todo de negrura, y aunque sea temporal, dejan efectos  devastadores...
 
¡Qué diferente el Agua de Vida de la que nos habla el Señor Jesucristo!
  • “Vino una mujer de Samaria a sacar agua, y Jesús le dijo: Dame de beber... La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú... me pides a mí de beber... Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva. La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva?... Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed, mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna...” (Juan 4:7-14)
  • “En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él...” (Juan 7:37-39)
El efecto de estas Aguas Salvadoras también es inmediato, solamente que sus consecuencias son benéficas y su duración, Eterna...
Para disfrutar de estas Aguas limpias y vivificantes, es necesario nacer de nuevo:
  • “Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios... De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios” (Juan 3:1-5)
Recordar: Las Aguas de Vida que nos da Dios, purifican nuestras vidas y duran eternamente...
TBS

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