lunes, 15 de abril de 2013

Dios es Nuestro Guía…


Leer Salmo 119:1-8

“Este salmo es llamado “Alfabeto del Amor Divino”, el “Paraíso de todas las Escrituras”, el “Almacén del Espíritu Santo”, la “Escuela de la Verdad”; también el profundo misterio de las Escrituras, en que toda disciplina moral de todas las virtudes brilla resplandeciente” (J.P. Palanterius)

No se conoce su autor, aunque se ha sugerido que fue compuesto por David, Daniel o Esdras. Aparentemente el salmista se encontraba bajo alguna grave opresión y su consuelo fue volver su mente y corazón a la Palabra de Dios. Fue escrito como un “salmo acróstico” compuesto por veintidós secciones que contienen cada una ocho líneas. La división está marcada por las letras del Alfabeto Hebreo comenzando cada grupo de ochos línea con la letra correspondiente a su sección desde Alef hasta Tau.

En esta primera sección el salmista se enfoca en enfatizar, como sucede en el Salmo 1 que son “Bienaventurados” quienes se afirman en la Palabra de Dios…

Se identifica la Palabra como el Camino…
  • “Bienaventurados los perfectos de camino, los que andan en la ley de Jehová…” (Salmos 119:1-2)
Cuando el salmista dice “andan en la ley de Jehová” se refiere a una pauta habitual de vida. Charles Spurgeon dice: “En este versículo vemos a personas bienaventuradas que disfrutan de cinco cosas dichosas; un camino bienaventurado, una pureza bienaventurada, una ley bienaventurada, concedidos por un Señor bienaventurado y una senda bienaventurada”

Su “ley” o “testimonios” son el objetivo de la búsqueda de un “corazón” sensible, que es la suma del intelecto, las emociones y la voluntad del fiel creyente. Este concepto se repite seis veces en el Salmo 119.

Se explica como la Palabra influye sobre el Corazón…
  • “Pues no hacen iniquidad los que andan en sus caminos…” (Salmos 119:3-4)
El efecto de la Palabra de Dios sobre el corazón sensible es tan evidente que se hace patente en la conducta. Cuando dice que “no hacen iniquidad” la idea es que “no comercian con ella, ni suelen practicarla” (R. Greenham). El contraste perfecto se encuentra en el mismo versículo al decir que quienes alcanzan este grado de pureza son quienes “andan en sus caminos”. Dice Charles Spurgeon al respecto: “Hemos de obrar rectamente en el sentido positivo así como en el negativo. La manera más segura de abstenerse del mal es ocuparse plenamente de obrar bien”

Se procura en la Palabra alcanzar el Compromiso…
  • “¡Ojalá fuesen ordenados mis caminos para guardar tus estatutos!...” (Salmos 119:5-6)
El anhelo del salmista es que la Palabra de Dios obre de tal manera en su vida que sean enderezados sus caminos para que sean alineados a los Caminos de Dios

Se enseña que la Palabra templa el Carácter…
  • “Te alabaré con rectitud de corazón… Tus estatutos guardaré…” (Salmos 119:7-8)
“El salmista promete ahora dar gracias a Dios con corazón recto cuando aprenda las ordenanzas justas de Dios. Con ello confiesa que “no domina la asignatura”, que le queda aún mucho por aprender de la ley de Dios… Durante toda la vida debemos ser buenos estudiantes de la escuela de Cristo, sentados a sus pies, sin tenernos jamás por maestros consumados” (Mathew Henry)

Recordemos: Hay un Camino… Se encuentra en la Palabra de Dios…
DECH

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