Leer Salmo 119:1-8
“Este salmo es llamado “Alfabeto
del Amor Divino”, el “Paraíso de todas las Escrituras”, el “Almacén del Espíritu
Santo”, la “Escuela de la Verdad”; también el profundo misterio de las
Escrituras, en que toda disciplina moral de todas las virtudes brilla
resplandeciente” (J.P. Palanterius)
No se conoce su autor, aunque se ha
sugerido que fue compuesto por David, Daniel o Esdras. Aparentemente el salmista
se encontraba bajo alguna grave opresión y su consuelo fue volver su mente y
corazón a la Palabra de Dios. Fue escrito como un “salmo acróstico”
compuesto por veintidós secciones que contienen cada una ocho líneas. La
división está marcada por las letras del Alfabeto Hebreo comenzando cada grupo
de ochos línea con la letra correspondiente a su sección desde Alef hasta
Tau.
En esta primera sección el salmista
se enfoca en enfatizar, como sucede en el Salmo 1 que son
“Bienaventurados” quienes se afirman en la Palabra de Dios…
Se identifica la Palabra como el
Camino…
-
“Bienaventurados los perfectos de camino, los que andan en la ley de Jehová…” (Salmos 119:1-2)
Cuando el salmista dice “andan en
la ley de Jehová” se refiere a una pauta habitual de vida. Charles Spurgeon
dice: “En este versículo vemos a personas bienaventuradas que disfrutan de
cinco cosas dichosas; un camino bienaventurado, una pureza bienaventurada, una
ley bienaventurada, concedidos por un Señor bienaventurado y una senda
bienaventurada”
Su “ley” o
“testimonios” son el objetivo de la búsqueda de un “corazón”
sensible, que es la suma del intelecto, las emociones y la voluntad del fiel
creyente. Este concepto se repite seis veces en el Salmo 119.
Se explica como la Palabra influye
sobre el Corazón…
-
“Pues no hacen iniquidad los que andan en sus caminos…” (Salmos 119:3-4)
El efecto de la Palabra de Dios sobre
el corazón sensible es tan evidente que se hace patente en la conducta. Cuando
dice que “no hacen iniquidad” la idea es que “no comercian con
ella, ni suelen practicarla” (R. Greenham). El contraste perfecto se
encuentra en el mismo versículo al decir que quienes alcanzan este grado de
pureza son quienes “andan en sus caminos”. Dice Charles Spurgeon al
respecto: “Hemos de obrar rectamente en el sentido positivo así como en el
negativo. La manera más segura de abstenerse del mal es ocuparse plenamente de
obrar bien”
Se procura en la Palabra alcanzar el
Compromiso…
-
“¡Ojalá fuesen ordenados mis caminos para guardar tus estatutos!...” (Salmos 119:5-6)
El anhelo del salmista es que la
Palabra de Dios obre de tal manera en su vida que sean enderezados sus caminos
para que sean alineados a los Caminos de Dios
Se enseña que la Palabra templa el
Carácter…
-
“Te alabaré con rectitud de corazón… Tus estatutos guardaré…” (Salmos 119:7-8)
“El salmista promete ahora dar
gracias a Dios con corazón recto cuando aprenda las ordenanzas justas de Dios.
Con ello confiesa que “no domina la asignatura”, que le queda aún mucho por
aprender de la ley de Dios… Durante toda la vida debemos ser buenos estudiantes
de la escuela de Cristo, sentados a sus pies, sin tenernos jamás por maestros
consumados” (Mathew Henry)
Recordemos: Hay un
Camino… Se encuentra en la Palabra de Dios…
DECH
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