miércoles, 3 de abril de 2013

Aprender nuevamente...


En la Biblia leemos: “Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros” (Filipenses 4:9)

Los diarios informaban de un posible nuevo conflicto bélico entre dos países que ya mantuvieron una cruel guerra en el pasado. Uno de ellos, hoy rico; el otro muy pobre, y éste es quien comenzó con las amenazas de guerra. De su dirigente, el joven hijo de quien iniciara la anterior guerra se dice: “...discutieron si valía la pena hablar o pelear... se enfrenta con el ocaso y en la caída, hace lo único que aprendió: amenazar con la batalla”

Hacemos lo que aprendimos. Heredamos una naturaleza pecaminosa, y de ella aprendemos a vivir y actuar con pecado. Los malos ejemplos también influyen en la conducta:
  • “...Vosotros habéis hablado así, diciendo: Nuestras rebeliones y nuestros pecados están sobre nosotros, y a causa de ellos somos consumidos; ¿cómo, pues, viviremos?" (Ezequiel 33:10)
  • “Cuando entres a la tierra que Jehová tu Dios te da, no aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones” (Deuteronomio 18:9)
  • “Antes, se mezclaron con las naciones y aprendieron sus obras” (Salmos 106:35)
  • “No te entrometas con el iracundo, ni te acompañes con el hombre de enojos, no sea que aprendas sus maneras, y tomes lazo para tu alma” (Proverbios 22:24-25)
Sin embargo, se puede aprender a hacer el bien:
  • “Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia, amparad a la viuda. Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: Si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana...Y los extraviados de espíritu aprenderán inteligencia, y los murmuradores aprenderán doctrina” (Isaías 1:16-18; 29:24)
El Señor Jesús repetía constantemente que aprendiéramos:
  • “Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio... Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas... de la higuera aprended la parábola...” (Mateo 9:13; 11:29; 24:32)
Y cuando tenemos nueva vida en Cristo, eso nos da otras opciones, nos presenta nuevas oportunidades y nos da una enseñanza desconocida hasta ese momento:
  • “Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mi” (Juan 6:45)
  • “Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo, si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús” (Efesios 4:20-21)
  • “Por lo demás, hermanos... de la manera que aprendisteis de nosotros cómo os conviene conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más... Pero acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis unos a otros” (1 Tesalonicenses 4:1; 4:9)
  • “Y aprendan también los nuestros a ocuparse en buenas obras para los casos de necesidad, para que no sean sin fruto” (Tito 3:14)
Recordemos: Con Cristo se puede comenzar una verdadera nueva vida, con nuevas enseñanzas y objetivos, revirtiendo todo lo pasado...
TBS

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