martes, 2 de abril de 2013

Pescadores calificados...


La Biblia nos dice: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” (Romanos 8:28)

La noticia hablaba de la construcción de un barco de pesca para uso exclusivo de presos peligrosos de un importante penal... El barco, además de costoso, transportaría "4 o 5 reclusos y se dedicaría a la pesca de merluza... la idea es que los presos vayan rotando porque hay una gran demanda de trabajo... la tripulación se completaría con personas especializadas... también se construiría una planta procesadora y los peces servirían para la alimentación del penal y para su comercialización”

Más allá de lo cuestionable o no del proyecto, y de la tremenda inversión de dinero, esta noticia me llevó a pensar en otro Proyecto que incluyó a pescadores y a un “Guía especializado”
  • “...Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio. Andando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres. Y dejando luego sus redes, le siguieron” (Marcos 1:14-18)
Este llamado que les hizo el Señor, fue explicado luego, justo antes de su partida al Cielo, cuando dijo:
  • “Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” (Mateo 28:16-20)
  • “Esto no os lo dije al principio, porque yo estaba con vosotros. Pero ahora voy al que me envió... Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado... cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad...” (Juan 16:1-15)
Antes éramos prisioneros de nuestro pecado, fuimos liberados y la presencia del Espíritu Santo nos guía y acompaña cada día para cumplir con las tareas encomendadas, hasta alcanzar todos los Nuevos Propósitos que Dios nos dio.

Recordemos: Dios cambió nuestras vidas y nos dio objetivos antes impensados por nosotros...
TBS

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