jueves, 4 de abril de 2013

No yo sino El...


La Biblia nos dice: “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad... el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles” (Romanos 8:26)

El artículo hablaba sobre el ego, “aliado o enemigo” y explicaba “para que el éxito no sea nuestro principal enemigo son críticas la sensatez, la gratitud y la humildad. Así, el ego será un aliado. Algunos estudios afirman que en todos nosotros hay dos “yos”, el que busca la satisfacción inmediata y el que está enfocado en la supervivencia a largo plazo... puede ser nuestro principal activo o nuestro más costoso pasivo”

Si leemos lo que escribió el Apóstol Pablo, veremos que era categórico al decir:
  • “Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado. Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí” (Romanos 7:14-21)
Según el Diccionario “egocéntrico” es “egoísta, narcisista, ególatra”, y significa “centrarse en uno mismo, ser el centro de toda la atención”
  • “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios... que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita” (2 Timoteo 3:1-5)
El Señor Jesús dijo de sí mismo:
  • “Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad conmigo. Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú” (Mateo 26:39)
Nuestra actitud debe ser la del Apóstol Pablo, al decir:
  • “Por lo demás hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendisteis de nosotros cómo os conviene conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más” (1 Tesalonicenses 4:1)
  • “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mi” (Gálatas 2:20)
Siempre nos conviene hacer aquello que Dios haya dispuesto para nosotros, y dejar que El sea magnificado.

Juan el Bautista dijo: “Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe” (Juan 3:30)

Recordemos: Si nos centralizamos en el Señor, no tendremos tantos inconvenientes con nosotros mismos...
TBS

No hay comentarios:

Publicar un comentario