martes, 24 de septiembre de 2013

En lo Profundo del Mar...

En la Biblia leemos: “He aquí Dios es grande, y nosotros no le conocemos... He aquí que sobre él extiende su luz, y cobija con ella las profundidades del mar” (Job 36:26,30)

La pregunta, significativa, que moviliza a los investigadores es “¿Se puede saber qué hay en el fondo del mar?”. Los científicos dicen: “El noventa y nueve por ciento del mar no ha sido explorado... ¿qué hay allá abajo? En 1960, dos investigadores descendieron once kilómetros hasta la parte más profunda del océano en busca de respuestas. Su viaje amplió las fronteras del esfuerzo humano, pero solo les proporcionó una fugaz visión del lecho marino. Los descubrimientos hechos hasta ahora son un diminuto porcentaje del extraño mundo oculto bajo las olas”

¿Qué hay en el fondo del mar? ¡Se conoce solamente el 1%!... La preguntas que nos hace el Señor al respecto a través de Su Palabra son muchas e interesantes:
  • “Quién es el que oscurece el consejo con palabras sin sabiduría... yo te preguntaré, y tú me contestarás... ¿Quién encerró con puertas el mar, cuando se derramaba saliéndose de su seno, cuando puse yo nubes por vestidura suya, y por su faja oscuridad, y establecí sobre él mi decreto, le puse puertas y cerrojo, y dijo: Hasta aquí llegarás, y no pasarás adelante, y ahí parará el orgullo de tus olas?... ¿Has entrado tú hasta las fuentes del mar, y has andado escudriñando el abismo?” (Job 38:1-11)
Tenemos algunas certezas de lo que existe hoy en el fondo del mar:
  • “Echó en el mar los carros de Faraón, y su ejército, y sus capitanes escogidos fueron hundidos en el Mar Rojo. Los abismos los cubrieron; descendieron a las profundidades como piedra” (Éxodo 15:4-5)
  • “El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados” (Miqueas 7:19)
Y sobre todo lo demás que no sepamos, podemos repetir junto al salmista:
  • “Porque  en su mano están las profundidades de la tierra, y las alturas de los montes son suyas” (Salmos 95:4)
En cuanto  a aquellos que aún no conocen a este Dios Maravilloso, dice de ellos:
  • “Ellos han visto las obras de Jehová, y sus maravillas en las profundidades... Suben a los cielos, descienden a los abismos; sus almas se derriten con el mal. Tiemblan y titubean como ebrios, y toda su ciencia es inútil. Entonces claman a Jehová en su angustia, y los libra de sus aflicciones.  Cambia la tempestad en sosiego, y se apaciguan sus ondas. Luego se alegran, porque se apaciguaron; y así los guía al puerto que deseaban. Alaben la misericordia de Jehová, y sus maravillas para con los hijos de los hombres” (Salmos 107:24-31)
Recordemos: Si disfrutamos de la Salvación, sabemos que nuestros pecados se encuentran en el fondo del mar... ¡Y que de allí no pueden regresar!
TBS

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