sábado, 28 de septiembre de 2013

Muy Cerca...


En la Biblia leemos: “Gracias te damos, oh Dios, gracias te damos, pues cercano está tu nombre...” (Salmos 75:1)

La reflexión trataba acerca de las comunicaciones modernas: “El teléfono permitió mantenernos en contacto estando a distancia... la comunicación móvil, prescindiendo de la presencia de la persona junto al teléfono... los mensajes de texto facilitaron un contacto más rápido con la ventaja de la movilidad... terminaron por convertirse en sustitutos del contacto personal... prótesis más pobres pero aceptables”. Terminaba diciendo: “la tecnología actual estimula el aislamiento, ya que tendemos a olvidar al prójimo próximo”

¡Qué importante declaración! También circula la frase “acerca a los lejanos pero aleja de los cercanos” con respecto a la tecnología. 

Es un mal natural del ser humano, seguir tendencias y olvidar necesidades... Hacemos esto con las personas y afecta las relaciones. ¿Lo hacemos también con nuestro Dios?

En la Biblia se nos dice acerca del Señor:
  • “Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu... Cercano está Jehová a todos los que le invocan, a todos los que le invocan de veras... Cercano estás tú, oh Jehová, y todos tus mandamientos son verdad” (Salmos 34:18; 145:18; 119:151)
Efesios 2:13 nos asegura: “Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo”

Es llamativo cómo, si vivimos en perfecta armonía con determinadas circunstancias, nos alejaremos automáticamente de otras:
  • “Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones... Se acercaron a la maldad los que me persiguen; se alejaron de tu ley” (Salmos 103:12; 119:150)
Que nuestro deseo más ferviente sea similar al del salmista, cuando proclamaba:
  • “Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré: Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo... Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré. Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde no hay aguas... Está mi alma apegada a ti...” (Salmos 27:4; 63:1,8)
Si mantenemos el contacto diario, continuado con nuestro Salvador y Señor, su presencia en nuestra vida la limpiará de toda influencia que nos aleje de Él y nos ayudará al mismo tiempo a acercarnos a nuestros “prójimos próximos”
  • “Y no engañe ninguno a su prójimo, sino temed a vuestro Dios...” (Levítico 25:17)
  • “El justo sirve de guía a su prójimo...” (Proverbios 12:26)
  • “Aún el gorrión halla casa, y la golondrina nido para sí, donde ponga sus polluelos, cerca de tus altares, oh Jehová de los ejércitos, Rey mío, y Dios mío. Bienaventurados los que habitan en tu casa; perpetuamente te alabarán” (84:3-4)
Si aún estamos alejados, sepamos que ahora podemos acercarnos, como dice Isaías 55:6: “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano”

Recordemos: Si nos mantenemos cercanos al Señor, nuestras vidas serán ricas, y bendecirán a quienes nos rodean...

TBS

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