sábado, 15 de septiembre de 2012

Analizarnos...


La reseña de vida de un conocido personaje del espectáculo y la política nacional decía acerca de él: “Luchador... bienvenidos al álbum de... conductor de su propia fuerza política... crece su proyecto... Siempre dando la cara por el país”

Sin importar demasiado la tendencia, la corriente o estilo de vida del personaje y ni aún la realidad o falsedad de estas afirmaciones, esta descripción me hizo pensar. Especialmente la última frase: “dando la cara por...”

¿Cómo podemos enfocar esto a nuestra vida cristiana? ¿Somos luchadores reales? La Biblia nos dice que sí lo somos:
  • “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6:12)
Deberíamos preguntarnos si esto es una realidad palpable en nuestra vida o si nuestras luchas están mal dirigidas o nos desenfocan del objetivo.

¿Conducimos nuestra vida en la dirección correcta? La Biblia nos da pautas claras para hacerlo:
  • “Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir” (1 Pedro 1:13-15)
¿Crecemos continuamente en nuestras metas y objetivos? La Palabra de Dios y el mismo Jesucristo nos dan ejemplo de ello:
  • “Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén” (2 Pedro 3:18)
  • “Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él” (Lucas 2:40)
¿Representamos correctamente nuestra fe, somos la cara visible de ella?
  • “Los unos anuncian a Cristo por contención, no sinceramente, pensando añadir aflicción a mis prisiones; pero los otros por amor, sabiendo que estoy puesto para la defensa del evangelio” (Filipenses 1:17-18)
  • “¿Y quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien? Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis, sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros, teniendo buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo. Porque mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal” (1 Pedro 3:13-17)
  • “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mateo 5:16)
Recordemos: Realizar un análisis concienzudo de nuestras vidas nos puede ayudar a dar más y mejores frutos.

TBS

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