miércoles, 12 de septiembre de 2012

Las palabras...


La nota hablaba acerca de las personas que usan las palabras para tapar la realidad y también como pueden usarse las mismas expresiones para decir cosas diferentes cambiándoles radicalmente el sentido. El autor afirmaba: "Hablamos con las mismas palabras pero no decimos las mismas cosas..."

¡Gran verdad! También podemos agregar que ese uso de las mismas palabras para decir cosas diametralmente opuestas o excesivamente diferentes es tergiversar la realidad siguiendo los propios intereses.

La Biblia nos enseña bastante sobre nuestras palabras:

Deben resistir la prueba
  • “...y vuestras palabras serán probadas, si hay verdad en vosotros… serán verificadas vuestras palabras...” (Génesis 42:16,20)
En este caso específico, representaban la vida o la muerte.

Deben ser directas
  • “Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello. Pero sea vuestro hablar: Sí, si; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede” (Mateo 5:36-37)
Debemos ser creíbles simplemente por lo que decimos.

Deben ser aprobadas delante de Dios
  • “Y os engrandecisteis contra mí con vuestra boca, y multiplicasteis contra mí vuestras palabras. Yo lo oí” (Ezequiel 35:13)
  • “Habéis hecho cansar a Jehová con vuestras palabras...” (Malaquías 2:17)
  • “Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios...” (1 Pedro 4:11)
El uso correcto de las palabras demuestra quienes somos y tiene un efecto concreto en las demás personas:
  • “Pedro estaba sentado fuera del patio y se le acercó una criada, diciendo: Tú también estabas con Jesús el galileo... pero él negó otra vez con juramento: No conozco al hombre... Un poco después, acercándose los que por allí estaban, dijeron a Pedro: Verdaderamente también tú eres de ellos, porque aun tu manera de hablar te descubre. Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco al hombre. Y en seguida cantó el gallo” (Mateo 26:69-73)
  • “Aconteció en Iconio que entraron juntos en la sinagoga de los judíos, y hablaron de tal manera que creyó una gran multitud...” (Hechos 14:1)
  • “Pero el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida, de las cuales cosas desviándose algunos, se apartaron a vana palabrería” (1 Timoteo 1:5-6)
El Apóstol Pablo fue muy claro al decirle a su discípulo:
  • “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (2 Timoteo 2:15)
En Proverbios leemos:
  • "Quita las escorias de la plata, y saldrá alhaja al fundidor... No te alabes delante del rey, ni estés en el lugar de los grandes... no entres apresuradamente en pleito, no sea que no sepas qué hacer al fin... Trata tu causa con tu compañero, y no descubras el secreto a otro... manzana de oro con figuras de plata es la palabra dicha como conviene... como frío de nieve en tiempo de la siega, así es el mensajero fiel a los que lo envían, pues al alma de su señor da refrigerio... Con larga paciencia se aplaca el príncipe y la lengua blanda quebranta los huesos... el que canta canciones al corazón afligido, es como el que quita la ropa en tiempo de frío..." (Proverbios 25)
Recordemos: Nuestras palabras demuestran claramente quiénes somos...
TBS 

No hay comentarios:

Publicar un comentario