martes, 25 de septiembre de 2012

Nos comprende...


Algunas frases se destacaron del periódico en una de las lecturas que hice: “Si dejo de ser un ejecutivo poderoso, seguro que habrán de abandonarme los que ahora me adulan hipócritamente” o “cuando olfateen que... no seguirá en el poder, van a salir corriendo...”
¿Sufrió alguna vez la amistad empalagosa de personas que “siempre estarían a su lado, que nunca dejarían de ser amigos, que por toda la vida estarían agradecidos por las bondades que recibieron de su parte”? Y que por supuesto, hoy ya no están en el horizonte, ni cercano ni lejano de su vida.

Bueno, si lo consideramos fríamente ¡es algo tan natural del ser humano! Mientras crean que tenemos algo para ofrecer, no imprescindiblemente poder o dinero, los interesados de turno estarán cerca nuestro.

Esto le ocurrió al mismo Señor Jesucristo, ¿por qué no habría de ocurrirnos a nosotros?

Conociendo su poder, quisieron aprovecharlo en una fiesta:
  • “... se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús. Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos. Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: no tienen vino. Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora. Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere. Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua...Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua... sacad ahora, y llevadlo al maestresala... cuando el maestresala probó el agua hecha vino...” (Juan 2:1-10)
Escuchando como relataba su futura muerte, esperaban obtener mejores lugares en la eternidad:
  • “Entonces Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, se le acercaron, diciendo: Maestro, querríamos que nos hagas lo que pidiéremos. El les dijo: ¿Qué queréis que os haga? Ellos le dijeron: Concédenos que en tu gloria nos sentemos el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda” (Marcos 10:35-37)
Cuando la situación se puso difícil, hasta los más cercanos desaparecieron:
  • “...Jesús les dijo: Todos vosotros os escandalizaréis de mí esta noche... Respondiendo Pedro le dijo: Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré. Jesús le dijo: de cierto te digo que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces... Pedro le dijo: aunque me sea necesario morir contigo, no te negaré. Y todos los discípulos dijeron lo mismo... Pedro estaba sentado fuera en el patio y se le acercó una criada, diciendo: Tú también estabas con Jesús, el galileo. Mas él negó delante de todos... Pero él negó otra vez con juramento... entonces él comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco al hombre... y en seguida cantó el gallo. Entonces Pedro se acordó de las palabras de Jesús...” (Mateo 26:31-35; 69-75)
  • “Entonces ellos le echaron mano y le prendieron... todos los discípulos, dejándole, huyeron. Pero cierto joven le seguía, cubierto el cuerpo con una sábana, y le prendieron; mas él, dejando la sábana, huyó desnudo” (Marcos 14:49-52)
Si, Jesús sufrió estas conductas, y tuvo una razón específica para ello:
  • “Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4:14-16)
Recordemos: Todo aquello que nos hiera, también fue sufrido por nuestro Señor... El puede comprendernos y auxiliarnos...
TBS 

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