viernes, 21 de septiembre de 2012

¿Para qué estoy...?


La nota hablaba sobre aquello para lo cual cada uno de nosotros está puesto en el mundo. Daba el ejemplo de un excelentísimo pianista venido a nuestro país desde un continente, un mundo, una sociedad totalmente diferentes a la nuestra y que consiguió trabajo en el patio de comidas de un centro comercial al cual la gente iba a comprar y no a escuchar música de Mozart, Chopin u otros clásicos. Este hombre se enfrascaba en tocar de la mejor manera, porque para ello consideraba que estaba allí, eso era lo que sabía hacer, para lo cual había nacido, para lo cual le pagaban en ese momento, sin importar el lugar donde lo hiciera o si alguien se detenía a prestarle atención.

A Juan el Bautista le preguntaron: “¿Tú, quién eres?... ¿Eres tú Elías?... ¿Eres tú el profeta?... ¿Pues quién eres?... ¿Qué dices de ti mismo?” (Juan 1:19-22)

¿Sabemos cuál es nuestra función y para qué estamos donde nos encontramos en este preciso momento?

Jesús dijo:
  • “...Vamos a los lugares vecinos, para que predique también allí; porque para esto he venido” (Marcos 1:38)
  • “...Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad...” (Juan 18:37)
A las preguntas, Juan el Bautista pudo contestar con seguridad:
  • “Confesó y no negó, sino confesó: Yo no soy el Cristo... Yo soy la voz de uno que clama en el desierto... Yo bautizo con agua; mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis. Este es el que viene después de mí, el que es antes de mí, del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado...” (Juan 1:20-27)
La nota de la revista finalizaba diciendo: “Cuando pensemos que nadie presta atención a lo que estamos haciendo, recordemos al pianista. El estaba haciendo su trabajo, y el resto no tenía la menor importancia”

Lo que parecía una misión imposible para el profeta, debía hacerse de todos modos:
  • “Les hablarás, pues, mis palabras, escuchen o dejen de escuchar; porque son muy rebeldes... ve, y entra a los cautivos, a los hijos de tu pueblo y háblales, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor; escuchen o dejen de escuchar” (Ezequiel 2:7; 3:11)
¿En qué camino debemos andar, cuál es nuestro trabajo? Tenemos uno, sin dudas y debemos reconocerlo ya que en el futuro daremos cuentas a Dios por ello:
  • “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas... Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo...” (Efesios 2:10; 4:7)
  • “Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios” (1 Pedro 4:10)
  • “De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí” (Romanos 14:12)
Recordemos: Lo mejor que podemos hacer con nuestras vidas es andar en el camino que Dios nos ha preparado, haciendo lo que debemos.
TBS 

No hay comentarios:

Publicar un comentario