Se habla de tiempos difíciles para
muchas personas. Numerosos acontecimientos donde se repite lo mismo: esperanzas
truncas, necesidades sin satisfacer, justicia burlada, episodios terribles que
si no fueran trágicos parecerían un mal chiste, dolor y sufrimientos
innecesarios infligidos entre los seres humanos...
Expresiones de diferentes personas
dañadas que se repiten sin cesar: “¿...cómo creer si...? Nos prometieron
cosas que nunca cumplieron... nos dijeron que... Es una vergüenza... ¿qué
hicieron? ¡Nada en absoluto!... confía en que... ponga las cosas en su lugar...
por ahora no obtuvieron respuesta de nadie”
Las personas defraudamos, mentimos,
decepcionamos, no cumplimos expectativas que otros tienen de nosotros; a veces
intencionalmente, en otras ocasiones sin darnos siquiera cuenta de lo que
estamos provocando...
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“Precio recibieron en ti para derramar sangre; interés y usura tomaste y a tus prójimos defraudaste...” (Ezequiel 22:12)
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“...les prometen libertad, y son ellos mismos esclavos de corrupción...” (2 Pedro 3:19)
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“Pero vosotros cometéis el agravio, y defraudáis, y esto a los hermanos” (1 Corintios 6:7)
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“No confiéis en los príncipes, ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación” (Salmos 146:3)
En cambio podemos estar seguros de
que Dios es totalmente veraz, no mentirá ni defraudará a ninguno que en El
confíe:
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“Entonces Jehová respondió a Moisés: ¿acaso se ha acortado la mano de Jehová? Ahora verás si se cumple mi palabra, o no” (Números 11:23)
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“Dios no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta” (Números 23:19)
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“...para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros” (Hebreos 6:18)
La Biblia nos da la seguridad
absoluta de que con el Señor Jesucristo nace nuestra esperanza:
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“...acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo” (1 Tesalonicenses 1:3)
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“Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió” (Hebreos 10:19-223)
Podemos ser defraudados o abandonados
por personas. Podemos demandar o encontrarnos ante la necesidad de enjuiciar a
otros. Pero jamás encontraremos motivo alguno para recriminar nada a nuestro
Buen Dios...
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“Justo eres tú, oh Jehová, para que yo dispute contigo...” (Jeremías 12:1)
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“Porque no abandonará Jehová a su pueblo, ni desamparará su heredad” (Salmos 94:14)
Recordemos: Dios es
Fiel, Veraz y absolutamente
Confiable...
TBS
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