miércoles, 5 de diciembre de 2012

Vivamos plenamente...


El artículo decía: “¡El año pasó volando! Suele decirse al inicio de Diciembre. Esta sensación de vuelo, nace del torbellino de sucesos que surgen cada día sin pausa ni respiro. La gente que vive en grandes centros poblados está sometida a las exigencias del medio que no se advierte tanto en pequeñas localidades donde el tiempo transcurre más plácidamente... no pasa el tiempo, pasamos nosotros”

En el libro de Eclesiastés leemos:
  • “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar; tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar; tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar; tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar; tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar; tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz” (Eclesiastés 3:1-8)
En Eclesiastés 9:4-6 leemos también:
  • “Aún hay esperanza para todo aquel que está entre los vivos; porque mejor es perro vivo que león muerto. Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga, porque su memoria es puesta en olvido. También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol”
Nuestra preocupación debería entonces, enfocarse en cómo vivimos y qué esperamos:
  • “Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. Pues si vivimos, para el Señor vivimos, y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del señor somos” (Romanos 14:7-8)
  • “Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros... Así que hermanos, deudores somos, no a la carne para que vivamos conforme a la carne... mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis” (Romanos 8:10-12)
  • “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo, el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a si mismo todas las cosas” (Filipenses 3:20-21)
  • “Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia” (2 Pedro 3:13)
Recordemos: Tenemos solo una vida y un tiempo limitado para vivirla en la tierra... Vivamos con la sabiduría recibida de lo Alto...
TBS

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