jueves, 20 de diciembre de 2012

Presente y Futuro...


La nota hacía referencia a “la nostalgia que siente por lo ocurrido hace... años... se resisten a entender que mucho ha cambiado desde entonces... que ya no se trata de recuperar... sino de abocarse a la tarea ardua... de consolidación... Aún viven en el pasado cuando... desde su punto de vista... todo era más sencillo que en la actualidad...”

Todo hijo de Dios tiene un pasado que no puede negar. Mejor, peor, más oscuro o más transparente, pero pasado al fin:
  • “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis, ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del señor Jesús y por el espíritu de nuestro Dios” (1 Corintios 6:9-11)
  • “Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba; mas ahora guardo tu palabra” (Salmos 119:67)
Pero Dios hizo Su Obra en nosotros, nos borró el pasado y nos dio presente y futuro en Cristo:
  • “Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación” (1 Pedro 1:18)
  • “No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a la memoria las cosas antiguas. He aquí yo hago cosa nueva... ¿no la conoceréis?...” (Isaías 43:18-19)
Dios nos muestra de manera práctica que no hay nada recuperable en nuestro pasado de pecado:
  • “El volverá a tener misericordia de nosotros, sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados” (Miqueas 7:19)
  • “Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y abominables idolatrías” (1 Pedro 4:3)
También nos asegura un futuro glorioso:
  • “...una cosa hago, olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:13-14)
  • “Si pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria” (Colosenses 3:1-3)
Nuestro sentir debería ser el del rey Salomón, al decir:
  • “Nunca digas: ¿Cuál es la causa de que los tiempos pasados fueron mejores que estos? Porque nunca de esto preguntarás con sabiduría” (Eclesiastés 7:10)
¡Que las palabras de estos Salmos sean las que digamos cada día!
  • “Haré perpetua la memoria de tu nombre en todas las generaciones. Por lo cual te alabarán los pueblos eternamente y para siempre... Cada día te bendeciré, y alabaré tu nombre eternamente y para siempre” (Salmo 45:17; 145:2)
Recordemos: Con el Señor solo tenemos presente para servir y futuro para alabarle...
TBS

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