martes, 12 de febrero de 2013

Felices...


En la Biblia leemos: “...Bienaventurados todos los que en él confían” (Salmos 2:12)

La nota, de un prestigioso columnista gráfico decía: “La felicidad no resiste el envasado” Luego describía las categóricas afirmaciones de muchas figuras del espectáculo acerca de su maravillosa felicidad actual, y también de algunos desamparados que muestran eternas sonrisas en sus rostros relajados, viviendo en diferentes lugares de la ciudad, a la intemperie. Agregaba: “el menjunje consiste en esa materia llamada autoayuda, cosa amorfa y exitosa mezcla de psicología de entrecasa, lugares comunes y religión devaluada... el genial pensador y escritor... pasó la mayor parte su vida en la pobreza y el abandono... nos podrán decir que quienes viven así padecen de un indecible sufrimiento psíquico y sobrellevan un sinnúmero de penalidades. Pero acaso, de extraña manera conocen felicidades de las cuales no sabemos nada”

No siempre en la pobreza y el abandono se logra esa felicidad que menciona. Pero es verdad que ésta no depende del envase ni de las circunstancias que se viven.

Dios nos asegura:
  • “Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, y en cuyo espíritu no hay engaño... Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová, el pueblo que él escogió como heredad para sí... Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza...” (Salmos 32:2; 33:12; 40:4)
La verdadera felicidad consiste en estar en Paz con Dios:
  • “...el rey se alegra en tu poder, oh Jehová; y en tu salvación, ¡cómo se goza! Le has concedido el deseo de su corazón, y no le negaste la petición de sus labios. Porque le has salido al encuentro con bendiciones de bien... grande es su gloria en tu salvación, honra y majestad has puesto sobre él. Porque lo has bendecido para siempre, lo llenaste de alegría con tu presencia. Por cuanto el rey confía en Jehová, y en la misericordia del Altísimo, no será conmovido” (Salmos 21:1-7)
  • “Has cambiado mi lamento en baile, desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría” (Salmos 30:11)
  • “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” (Romanos 5:1)
El Apóstol Pablo no tenía ninguna duda:
  • “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?... antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó” (Romanos 8:38)
  • “No sea, pues, vituperado vuestro bien; porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo” (Romanos 14:16-17)
  • “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo” (Romanos 15:3)
Y si "estamos en Cristo" , debemos seguir esta enseñanza del Señor:
  • “Por lo demás, hermanos, tened gozo, perfeccionaos, sed de un mismo sentir, y vivid en paz; y el Dios de paz y de amor estará con vosotros” (2 Corintios 13:11)
Recordemos: Solo Dios nos dará felicidad permanente y duradera...
TBS

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