miércoles, 6 de febrero de 2013

Glorificarle...


En la Biblia leemos: “Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios” (1 Corintios 6:20)

En la contratapa del diario publicaron esta frase de Marchall: “No siempre lo que deseamos nos conviene. No siempre amamos lo mejor. No siempre luchamos por un propósito digno”

¡Qué frase!... Si buscamos en la Palabra de Dios, veremos que Él nos da claras indicaciones en cuanto a estos temas.

Nos enseña sobre lo que nos conviene a través del Apóstol Pablo, que nos dice:
  • “Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna... Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica. Ninguno busque su propio bien sino el del otro” (1 Corintios 6:12: 10:23-24)
Nos enseña sobre la influencia de nuestros deseos, mediante las palabras de Santiago:
  • “Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces, la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte” (Santiago 1:13-15)
Nos enseña que tenemos un propósito a cumplir a través de las afirmaciones del rey David:
  • “Jehová cumplirá su propósito en mí; tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; no desampares la obra de tus manos” (Salmos 138:8)
¿Qué debemos hacer para alcanzar estos objetivos? Aprender sobre las técnicas y recursos que Dios nos provee en su Palabra, y aplicarlos en nuestro andar diario:
Conociendo qué nos conviene...
  • “Y de igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles” (Romanos 8:26)
No sometiéndonos a nuestros deseos...
  • “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad” (Efesios 4:22-24)
Buscando los propósitos divinos...
  • “Por lo cual asimismo oramos siempre por vosotros, para que nuestro Dios os tenga por dignos de su llamamiento, y cumpla todo propósito de bondad y toda obra de fe con su poder” (2 Tesalonicenses 1:11)
  • “Por lo cual no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor... quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos” (2 Timoteo 1:8-9)
Nuestra oración puede ser la de David: “Señor, delante de ti están todos mis deseos, y mi suspiro no te es oculto” (Salmos 38:9)

Recordemos: Si estamos en sintonía con el Señor, podremos darle gloria con nuestras vidas...
TBS

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