En la Biblia leemos: "Quien
cuando le maldecían,no respondía con maldición... sino encomendaba la causa al
que juzga justamente" (1 Pedro 2:23)
El artículo escrito por un famoso
escritor internacional decía así: “Si alguien expresa una opinión insultante
sobre tu trabajo literario o artístico, no salgas corriendo ni llames a un
abogado, incluso si las palabras de tu enemigo han cruzado la muy delgada línea
entre la crítica y el insulto... Las calumnias y los juicios negativos abundan.
Todo lo que uno puede hacer es esperar que su público contradiga al crítico
ingrato... Entonces ¿qué puede hacer uno cuando alguien lo insulta? Simplemente,
dejarlo pasar”
La Palabra de Dios nos habla
claramente de no tomar venganza por nosotros mismos cuando somos dañados, sino
dejarlo en las Manos del Señor:
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“No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor” (Romanos 12:19)
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“Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo” (Hebreos 10:30)
Pero generalmente no aplicamos este
principio a la simple crítica. Sin embargo, como reacción lógica al ser
criticados nos sentimos igualmente ofendidos debido a la adversa opinión que
expresa el crítico hacia nuestras personas o tareas. Y por ello conviene aplicar
precisamente el mismo criterio: dejarlo pasar y encomendarlo a Dios agregándole
el perdón como nos aconseja también el Señor...
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“Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas” (Marcos 11:25)
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“Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro...” (Colosenses; 3:13)
La medida es como Cristo nos
perdonó:
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“Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo” (Efesios 4:32)
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“...De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros” (Colosenses 3:13)
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“Porque tú Señor, eres bueno y perdonador, y grande en misericordia para con todos los que te invocan” (Salmos 86:5)
El resultado, como Dios lo
establece:
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“No paguéis mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal” (Romanos 12:17-21)
Recordemos:
Cualquier principio bíblico puede ser aplicado para bien en TODA
ocasión...
TBS
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