viernes, 22 de febrero de 2013

Sencillos


La Biblia nos dice: "Jehová guarda a los sencillos..." (Salmos 116:6)

La nota decía: "La sencillez producida. El estilo de la temporada es austero, pero exige planificación... como nunca la simpleza en el atuendo ha sido tan fashion... con la ropa más sencilla y sin que se note que el atuendo "informal" llevó horas de estrategia y planificación... la sencillez es regla, aunque quien la luzca posea millones en su cuenta bancaria... el mayor error es producirse muy por debajo de las expectativas del evento...la sencillez está de moda, pero no hay que tomarse la regla tan en serio..."

La moda que se impone es "parecer sencillo" luego de horas de preparación, cuando en verdad no se lo es. No hay verdad en ello, solo apariencias.

Dios nos enseña a ser sencillos, y que esto sea una actitud del corazón y no una estrategia planificada:
  • “Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad... vanamente hinchado por su propia mente carnal” (Colosenses 2:18)
  • “... con sencillez de vuestro corazón...” (Efesios 6:5)
  • “No juzguéis según las apariencias...” (Juan 7:24)
  • “Y los que disfrutan de este mundo, como si no lo disfrutasen; porque la apariencia de este mundo se pasa” (1 Corintios 7:31)
¿Cómo lograr ser sencillos realmente sin fingimientos? Pues, siguiendo el ejemplo de Jesucristo, de la Palabra y de los primeros creyentes:
  • “.. aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón..” (Mateo 11:29)
  • “La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo” (Salmos 19:7)
  • “... comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo...” (Hechos 2:46-47)
La verdadera sencillez se traduce en humildad puesto que ambas son sinónimos, y ésta es agradable al Señor:
  • “El temor de Jehová es enseñanza de sabiduría; y a la honra precede la humildad” (Proverbios 15:33)
  • “Quitó de los tronos a los poderosos, y exaltó a los humildes” (Lucas 1:52)
Los amigos de Job argumentaban queriendo convencerlo de su sabiduría:
  • “Mis razones declararán la rectitud de mi corazón” (Job 33:3)
El Apóstol Pablo afirmaba con respecto a su conducta y ministerio:
  • “Porque nuestra gloria es ésta: el testimonio de nuestra conciencia, que con sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría humana, sino con la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mucho más con vosotros... Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos de Cristo... Miráis las cosas según la apariencia. Si alguno está persuadido en sí mismo que es de Cristo, esto también piense por sí mismo, que como él es de Cristo, así también nosotros somos de Cristo” (2 Corintios 1:12; 2:17; 10:7)
Tal vez podamos fingir lo que en realidad no somos ante otros seres humanos, pero a nuestro Dios jamás podremos engañarlo.

Recordemos: Dios nos enseña a ser sinceros en nuestras actitudes.
TBS

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