En la Biblia leemos: “Tú diste
alegría a mi corazón...” (Salmos 4:7)
En la contratapa del periódico decía:
“Rescato del pasado lo que me dio paz y belleza y me hizo dichosa... No
apagará la luz de este día, las sombras de lágrimas ya vertidas” y “Lo
importante: no perder el sentido del humor”
Muchas veces, equivocadamente,
pensamos que vivir de acuerdo a las enseñanzas de la Palabra de Dios debe
ser aburrido, o poco alegre. Tal vez nos llenamos de “obligaciones y
preceptos” que parecen una pesada carga y nos olvidamos del gozo y la
alegría que nos da el Señor y que significa andar en sus caminos.
Veamos qué nos dice la Biblia sobre
nuestro estado anímico...
En toda circunstancia:
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“Luego ordenó... los oficios en la casa de Jehová... para ofrecer a Jehová los holocaustos, como está escrito en la ley de Moisés, con gozo y con cánticos...” (2 Crónicas 23:18)
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"...no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza” (Nehemías 8:10)
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“Me mostrarás la senda de la vida, en tu presencia hay plenitud de gozo, delicias a tu diestra para siempre... Entraré al altar de Dios, al Dios de mi alegría y de mi gozo; y te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío” (Salmos 16:11; 43:4)
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“Como entristecidos, mas siempre gozosos...” (2 Corintios 6:10)
Como resultado de la
Salvación:
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“Y los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo” (Hechos 13:52)
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“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz... contra tales cosas no hay ley” (Gálatas 5:22)
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“Estad siempre gozosos” (1 Tesalonicenses 5:16)
El Señor Jesús nos recuerda que otros
verán cómo somos y qué hacemos y creerán en Dios:
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“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mateo 5:16)
El Señor Jesús era invitado a
fiestas, a comer con familias, a bodas. Era bien recibido por sus amistades y la
gente deseaba estar en su compañía:
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“Se acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírle, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este a los pecadores recibe, y con ellos come. Entonces él les refirió esta parábola: ¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso; y al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos, diciéndoles: Gozaos conmigo... Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente...” (Lucas 15:1-7)
¿Iluminará a alguien una cara
amargada y un corazón triste?... No lo creo. Jesús y el cielo se alegran por los
pecadores arrepentidos... ¿Viviremos entristecidos nosotros que gozamos de esa
Salvación?
Recordemos: El gozo
y la alegría de la Salvación no pueden ocultarse...
TBS
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