martes, 19 de febrero de 2013

La Carrera...


La Biblia nos dice: “Por el camino de tus mandamientos correré...” (Salmos 119:32)

El artículo, cuyo título era, “Hábito saludable. Se duplicó la cantidad de gente que corre” se explayaba diciendo: “Fue en los últimos años... muchos le atribuyen propiedades curativas contra los males actuales de este mundo, como un antídoto contra... al correr, la producción de dopamina hace el ejercicio más placentero y ayuda a que no se quiera parar... quienes corren lo hacen además con insistencia...”

En la Biblia también leemos que nuestra vida cristiana y nuestro servicio al Señor se pueden comparar con una carrera:
  • “¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros una incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura, de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado” (1 Corintios 9:24-27)
El artículo sobre los que corren detallaba algunas recomendaciones para llevar a buen término el ejercicio de correr. Podemos aplicar estos principios a nuestra carrera cristiana, mediante lo que la Palabra de Dios nos enseña.

Físicas: Antes de la actividad todos deben realizarse una evaluación de salud y aptitud física.
  • “Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo; asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado” (Filipenses 2:15-16)
Alimenticias: Nunca se debe hacer actividad física en ayunas.
  • “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:17)
Indumentaria: Conviene abrigarse en capas y con tejidos que no retengan la humedad y evaporen el sudor. Elegir calzado adecuado con asesoramiento.
  • “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo... por tanto, tomad toda la armadura de Dios... ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz” (Efesios 6:10-20)
Que al final de la Carrera podamos decir, como en 2 Timoteo 4:7-8:
  • “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el señor, juez justo en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida”
Recordemos: Participamos en una Carrera para la cual debemos estar plenamente preparados...
TBS

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