lunes, 18 de febrero de 2013

¡No nos olvidemos!


La Biblia nos dice: “En la hermosura de la gloria de tu magnificencia, y en tus hechos maravillosos meditaré” (Salmos 145:5)

La nota, dura y triste sobre una tragedia ferroviaria de la que se cumplirá un año decía: “La indiferencia que mata... los llamados de atención no parecen lograr mucho eco en la sociedad... se sorprenden ante el escaso interés que demuestran los pasajeros... tan parecidos a aquellos otros que abordaron el tren aquella mañana... pasar de largo, dar vuelta la cara frente a un recordatorio...”

Hay cosas que como hijos de Dios debemos olvidar... Otras deben permanecer siempre en nuestra memoria... En cuanto a la vida personal y al pecado del que fuimos rescatados, debemos dejarlo atrás como leemos:
  • “...una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante” (Filipenses 3:13)
Pero, en cuanto a los hechos concretos de Dios, en cuanto a su Palabra y su Poder, es nuestra responsabilidad recordarlos y transmitirlos a los demás:
  • “Por tanto guárdate, y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos... Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes” (Deuteronomio 4:9; 6:6-7)
  • “Haced memoria de las maravillas que ha hecho, de sus prodigios, y de los juicios de su boca” (1 Crónicas 16:12)
  • “Bendice alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios... Me regocijaré en tus estatutos, no me olvidaré de tus palabras” (Salmos 103:2; 119:16)
También tenemos una ceremonia especial, recordatorio de la Obra del Señor Jesucristo a nuestro favor:
  • “Y habiendo tomado la copa, dio gracias y dijo: Tomad esto, y repartidlo entre vosotros... Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí” (Lucas 22:17-19)
Y asimismo debemos recordar algunas actividades que no deben faltar en nuestras vidas:
  • “Permanezca el amor fraternal. No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles. Acordaos de los presos... y de los maltratados... Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios...Y de hacer el bien y de la ayuda mutua no os olvidéis...” (Hebreos capítulo 13)
Que el Señor no tenga que decirnos, como en Marcos 8:17-21:
  • “...¿No entendéis ni comprendéis? ¿Aún tenéis endurecido vuestro corazón? ¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís? ¿Y no recordáis?... ¿Cómo aún no entendéis?”
Todo lo que Dios hizo debe permanecer en nuestra memoria y llevarnos a ser agradecidos y glorificar su nombre.

Recordemos: Si olvidamos su Obra, perderemos de vista su Persona y no difundiremos su Palabra.
TBS

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