Leer Salmo 84
“No es muy importante saber
cuando fue escrito este Salmo, o quién lo escribió… Esta oda sagrada es una de
las más selectas de la colección; la rodea una suave irradiación que ha hecho
que se la llame “La Perla de los Salmos”. Si el Salmo veintitrés es el más
popular, el ciento tres el más gozoso, el ciento diecinueve el más profundamente
vívido, y el cincuenta y tres el más dolorido, éste es el más dulce de los
Salmos de Paz” (Charles Spurgeon)
El Señor Jesucristo dijo: “Mas la
hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en
espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le
adoren” (Juan 5:23), y sin lugar a dudas el Salmo 84 nos demuestra de
manera práctica las características elementales de un genuino
adorador…
La expectativa del verdadero
adorador…
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“¡Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos! Anhela mi alma y aún ardientemente desea los atrios de Jehová; mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo…” (Salmos 84:1-4)
“La comunión es la madre de la
adoración. Aquellos que se apartan de Él dejan de alabarle, pero los que moran
en Él están siempre engrandeciendo Su Nombre” (Charles Spurgeon)
A través de sus expresiones
(“anhela, desea, cantan”) se puede ver claramente que el salmista esta
consumido por la pasión de adorar a Dios en el Templo. Como dice Mathew Henry:
“Era un intenso deseo ardiente (hasta desfallecer) que le hacía cantar, no
al santuario, sino al Dios Vivo. Las instituciones sagradas quedan vacías si en
ellas no hallamos a Dios”.
La experiencia del verdadero
adorador…
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“Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, en cuyo corazón están tus caminos… Irán de poder en poder; verán a Dios en Sion” (Salmos 84:5-7)
“El corazón en estado natural es
un desierto sin caminos, lleno de precipicios y barrancos. Cuando el corazón es
renovado por la Gracia, se hace un camino y se prepara una senda para nuestro
Dios (Ver Isaías 40:3-4)” (Frederick Fysh)
Este era evidentemente uno de los
Salmos que se entonaban de camino a Jerusalén durante las peregrinaciones
habituales al Templo. Si bien los caminantes podían pasar por muchas fatigas y
dificultades antes de llegar a su objetivo, en lugar de rendirse a medida que se
acercaban a la ciudad más fuertes y alegres se sentían. Literalmente el texto
dice: “Van de fuerza en fuerza, es visto delante de Dios en Sion”; es
decir ninguno desfallecía ni abandonaba por el privilegio de disfrutar comunión
con Dios. De esta manera debe correr el creyente la carrera con la Meta puesta
delante de sí…
El entusiasmo del verdadero
adorador…
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“Jehová de los ejércitos, oye mi oración… Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, que habitar en las moradas de maldad…” (Salmos 84:8-12)
“Cada uno ha de hacer su propia
decisión y escoger. Lo peor de Dios es mejor que lo mejor del diablo. La piedra
del umbral de Dios es mejor lugar para descansar que las camas mullidas de los
pabellones de los magnates pecadores, aunque puedan echarse en ellas durante
toda una vida de lujos y comodidades” (Charles Spurgeon)
Sin lugar a dudas, el verdadero
adorador comprende que como donde está presente el rey allí está la corte, de la
misma manera donde se encuentra Dios está presente el Cielo.
Recordemos: La
adoración es sencillamente darle a Dios la honra que se merece en virtud de Su
Persona y Obra…
DECH
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