Leer Salmo 95
“Este Salmo es citado dos veces
en la Epístola a los Hebreos como una advertencia a los cristianos judíos de
Jerusalén, en los días del escritor, para que no vacilen en la fe y no
desprecien las promesas hechas por Dios a sus padres en el desierto, no sea que
no puedan entrar en su descanso” (Christopher Wordsworth)
Aunque el escritor de Hebreos (4:7)
atribuye este Salmo a David, no hay seguridad de que él haya sido su autor. De
todas maneras, es evidente que fue compuesto para ser cantado durante la Fiesta
de los Tabernáculos donde se recordaba especialmente los años de peregrinación
en el desierto. Por su temática Charles Spurgeon lo llama “El Salmo de la
Provocación”.
Comienza expresando motivos para el
Regocijo…
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“Venid, aclamemos alegremente a Jehová; cantemos con júbilo… Lleguemos ante su presencia con alabanza…” (Salmos 95:1-5)
En su llamado a la adoración el
salmista presenta tres razones principales para ir con corazones alegres ante Su
Presencia:
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Por Su Salvación: “la roca de nuestra salvación”. Como dice John Mac Arthur: “Esta metáfora acerca de Dios es especialmente apropiada en este salmo, que se refiere (v.8-9) al agua que brotó de la roca en el desierto (Éxodo 17:1-7; Números 20:1-13)”. El Señor Jesucristo dijo en ocasión de la Fiesta de los Tabernáculos: “Si alguno tiene sed venga a mi y beba” (Juan 5:37-38)
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Por Su Señorío: “Porque Jehová es Dios grande, y Rey grande…”. El Señor proclamó después de su Resurrección: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra” (Mateo 28:18). El es “Rey de Reyes y Señor de señores”
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Por Su Soberanía: “Porque en su mano están…”. Menciona que bajo Su Control están “las profundidades”, “las alturas” “el mar” y “la tierra seca”. No hay nada que quede fuera de Su Dominio Soberano…
Continúa explicando modelos para la
Reverencia…
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“Venid, adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor. Porque Él es nuestro Dios…” (Salmos 95:6-7b)
“Hemos de acudir como
suplicantes; gozosos, pero no presuntuosos; con la familiaridad de hijos ante un
padre, pero reverentes como criaturas delante de su Hacedor. La postura no lo es
todo, pero es algo; la oración es oída aun cuando las rodillas se resistan a
doblarse, pero es apropiado que un corazón que adora muestre su reverencia
inclinando el cuerpo y doblando la rodilla” (Charles Spurgeon)
Es interesante que los verbos
involucrados en el proceso de la adoración, según este Salmo, tienen que ver con
inclinarse delante de Dios. Debemos ir ante Su Presencia, pero una vez allí
debemos “adorar” (la idea es “doblarse sobre sí mismo”),
“postrarse” (como quien se recuesta en el suelo) y
“arrodillarse”. Todo implica reconocimiento de la Autoridad del
Hacedor…
Concluye examinando memorias para la
Reflexión…
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“Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestro corazón…” (Salmos 95:7c-11)
La referencia a lo acontecido en
Meriba (o Masah) no es antojadiza ya que fue una de las primeras manifestaciones
de incredulidad de Israel después de la maravillosa liberación de Egipto (con el
cruce del Mar Rojo incluido). Dios consideró este evento como un mojón en la
historia de su Pueblo ya que ellos “endurecieron su corazón”, lo
“tentaron”, lo “probaron”, “divagaron” y voluntariamente
ignoraron “sus caminos”. Cuando dice que por causa de este pecado
estuvo “disgustado” es un concepto muy fuerte porque implica
“aversión y repugnancia”. El resultado es muy simple, no puede haber
reposo para el corazón del que no cree…
Recordemos: Dios nos
brinda cada día nuevas oportunidades por Su Gracia… es de sabios saber
aprovecharlas…
DECH
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