Leer Salmo 80
“Al músico principal: Sobre
Lirios. Esta es la cuarta vez que vemos este título; los demás Salmos son el 45,
el 60 y el 69. ¿Por qué se da este título? Es difícil decirlo en cada caso, pero
la forma delicadamente poética del Salmo presente justifica muy bien el título
encantador. El Salmo es un testimonio de la Iglesia como un “lirio entre
espinas” (Charles Spurgeon)
No se sabe cuándo y por qué motivo
fue compuesto este Salmo, pero la opinión más difundida es que posiblemente su
autor fuera alguien que vivía en Judea antes de la cautividad de Babilonia y que
su oración es por las diez tribus del Norte que ya estaban en el destierro bajo
la mano de los asirios…
Un Reclamo Esencial…
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“Oh Pastor de Israel escucha… Despierta tu poder… y ven a salvarnos. Oh Dios, restáuranos… Haz resplandecer tu rostro y seremos salvos” (Salmos 80:1-6)
“El profeta no empieza su oración
de modo abrupto sino que mezcla con ella ciertos títulos, por medio de los
cuales se dirige a Dios apropiadamente y presenta su causa. No dice: “Oh, Tú
que sostienes y gobiernas todas las cosas que hay en el cielo y en la tierra,
que has colocado tu morada sobre los cielos”, sino que dice: “Tú que pastoreas a
José como un rebaño, Tú que estás sentado entre querubines”. Estas dos cosas
ensalzan el favor y la providencia de Dios revelada a Israel, y las recuerda
para que pueda alimentar y reforzar la confianza en la oración” (Charles
Spurgeon)
En medio de la adversidad nuestra
primer necesidad se encuentra en establecer un contacto genuino con Dios y
alcanzar Sus Favores. El Señor esta siempre atento a nuestras oraciones pero
nosotros necesitamos convencernos que fuera de Él no tenemos ninguna respuesta
genuina a las dudas y dolores que nos aquejan. El salmista hace el reclamo
correcto ante la Persona correcta… “El Señor es mi Pastor, nada me
faltará” (Salmos 23:1)
Un Recuerdo Especial…
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“Oh Dios de los ejércitos, restáuranos… Hiciste venir una vid de Egipto… E hiciste arraigar sus raíces y llenó la tierra…” (Salmos
80:7-13)
La imagen del Pueblo de Dios como una
“vid” es aplicada tanto a Israel como la Iglesia. Como dice Mathew
Henry: “La vid no tiene al principio un aspecto demasiado atrayente que
digamos, pero se extiende rápidamente y su fruto es excelente. Tenemos motivos
para agradecer a Dios el que haya plantado tal vid en medio del desierto de este
mundo y que la haya preservado hasta el día de hoy”. La base sobre la que
el salmista espera el favor de Dios es aquello que Él mismo hizo y determinó de
antemano… Dios habría de restaurar a Su Pueblo en virtud de Sus Propios Planes y
allí radicaba la esperanza…
Un Renuevo Esperado…
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“Oh Dios de los ejércitos, vuelve ahora; mira desde el cielo, y considera y visita esta viña, la planta que plantó tu diestra, y el renuevo que para ti afirmaste…” (Salmos 80:14-19)
“Todavía tiene raíces, algunas
ramas están vivas. Empezó al principio del mundo y nunca ha fallado, y nunca
fallará. Porque Tú has dicho: “He aquí, yo estoy con vosotros, hasta el fin del
mundo” Puede decrecer pero nunca puede fallar por completo. Esta viña es la viña
que Tú has plantado. Hay un Espíritu, una fe, un bautismo, un Dios y Señor de
todo, que es el todo en todos… Levántala, quita los brotes superfluos, ponle
soportes, abónala, refuerza la valla y visita esta viña, como ahora Tú visitas
la tierra y la riegas” (Jerónimo Savonarola)
Recordemos: Cuando
las circunstancias nos derriban a la tierra la respuesta está en el
Cielo…
DECH
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