lunes, 13 de agosto de 2012

Dios es Nuestro Abrigo…


Leer Salmo 91

“Es una de las obras más excelentes de esta clase que se han escrito. Es imposible imaginar nada más sólido, hermoso, profundo o adornado. Si el latín o alguna lengua moderna pudiera expresar del todo la hermosura y elegancia, así como las palabras de sus frases, no sería difícil persuadir al lector de que no hay poema comparable con esta oda hebrea, ni en griego, ni en latín” (Simón De Muis)

No se conoce el autor, ni las circunstancias en que fue escrito el Salmo 91, aunque algunos expertos judíos deducen que es obra de Moisés. Más allá de este detalle, son ciertas las palabras de Charles Spurgeon al describirlo: “En toda la colección no hay salmo más alentador; su tono es elevado y sostenido; la fe en sus aspectos mejores y más nobles… El que puede vivir en su espíritu no conocerá el temor…”

Nuestra Protección…
  • “El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente… El te librará del lazo del cazador… Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro…” (Salmos 91:1-6)
“Al abrigo del Altísimo: Un lugar íntimo de protección divina. El uso de “Altísimo” para designar a Dios enfatiza que jamás puede abrumarlo ninguna amenaza. Sombra del Omnipotente: En una tierra donde el sol puede ser opresivo y peligroso, una “sombra” se comprendía como metáfora de cuidado y protección” (John Mac Arthur)

Al contar con esta Divina Protección estamos seguros contra:
  1. Los Espantos (peligros imaginarios): “el terror nocturno”
  2. Los Enemigos (peligros reales): “Ni saeta que vuele de día”
  3. Las Enfermedades (peligros inmanejables): “pestilencia”
  4. Los Exterminios (peligros definitivos): “mortandad”
Nuestra Percepción…
  • “Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra… Ciertamente con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos. Porque has puesto a Jehová que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación…” (Salmos 91:7-10)
“Nuestra seguridad no consiste meramente en que Dios es un refugio y una habitación, sino en que “has hecho del Señor tu refugio, tu habitación, y por ello no sufrirás mal alguno”. De esto depende, pues, nuestra seguridad; y ésta es la forma de hacer de Dios nuestra habitación: el ponernos por la fe bajo su poder y providencia” (Jeremiah Dyke)

El creyente no solo está seguro bajo el resguardo celestial sino que por medio de la fe se apodera de una sensación incomparable de seguridad aún cuando esté rodeado de peligros…

Nuestra Posición…
  • “Pues a sus ángeles mandará acerca de ti… Sobre el león y el áspid pisarás… Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré… Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salvación” (Salmos 91:11-16)
“Ante los hombres que viven en Dios, las peores fuerzas del mal son impotentes; su vida está resguardada y desafían los peores males. Sus pies entran en contacto con los peores enemigos. Incluso el mismo Satán intenta morderles el talón, pero en Cristo Jesús tienen la segura esperanza de quebrantar a Satanás con el talón prontamente” (Charles Spurgeon)
  • “Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 8:38-39)
Recordemos: Nadie, ni nada, nos puede dañar porque estamos en las Manos del Padre…
DECH

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