Leer Salmo 79
El trasfondo histórico de este Salmo
es seguramente la destrucción del Templo y la toma de Jerusalén por
Nabucodonosor en el 586 a.C. Algunos comentaristas piensan que su verdadero
autor fue el profeta Jeremías, quien también escribiera Lamentaciones en
condiciones similares.
John Mac Arthur dice al respecto:
“Este Salmo contiene oración por las necesidades espirituales de la Nación,
maldiciones contra los enemigos del pueblo de Dios, y alabanzas en anticipación
de las acciones de Dios. Este Salmo ayuda al creyente a expresar su angustia en
una calamidad cuando parece que Dios se ha alejado”
El salmista describe la
Calamidad…
-
“Oh Dios, vinieron las naciones a tu heredad… Derramaron sangre como agua en los alrededores de Jerusalén… Somos afrentados… escarnecidos y burlados…” (Salmos 79:1-4)
Imágenes muy duras nos dan a entender
la indignación y perplejidad del salmista. La realidad detrás de esta historia
es que por muchos años el mismo pueblo de Dios había profanado el templo con sus
pecados por ese motivo Dios permitió que sus enemigos lo profanaran con su
insolencia. “Esto era peor aún que los azotes y heridas porque estos solo
eran infligidos sobre el cuerpo… pero el escarnio y el oprobio hieren solo el
alma y dejan un aguijón detrás” (John Trapp)
El salmista manifiesta los
Cuestionamientos…
- “¿Hasta cuándo, oh Jehová? ¿Estarás airado para siempre?... Porque han consumido a Jacob, y su morada han asolado” (Salmos 79:5-7)
La consecuencia directa de la
angustia suele ser la duda que se expresa en preguntas penetrantes y llenas de
impaciencia como “¿Hasta cuándo… estarás airado para siempre?”. En el
fondo estos cuestionamientos expresan que “nada deseaban tanto como el que
Dios se reconciliase con ellos, y entonces sería frenado el furor de sus
enemigos” (Mathew Henry)
El salmista expresa el
Clamor…
-
“No recuerdes contra nosotros las iniquidades… Vengan pronto tus misericordias a encontrarnos, porque estamos muy abatidos. Ayúdanos, oh Dios de nuestra salvación…” (Salmos 79:8-10)
El pedido del salmista es bien
específico y considera:
-
La Misericordia de Dios: “No recuerdes… vengan pronto tus misericordias”
-
La Situación del Pueblo: “Estamos muy abatidos”
-
La Base de la Solución: “Ayúdanos, oh Dios de nuestra Salvación”
-
La Necesidad Prioritaria: “Y líbranos, y perdona nuestros pecados”
Cuando reconocemos nuestros pecados y
necesidades Dios puede aplicar Su Misericordia…
El salmista declara la
Confianza…
-
“Llegue delante de ti el gemido de los presos… Y nosotros pueblo tuyo… te alabaremos para siempre…” (Salmos 79:11-13)
“Cuando el cautivo mira por entre
las barras de hierro que noche y día son centinelas mudos a la ventana de su
celda y cuando sus ojos caen sobre los campos y bosques lejanos, suspira y
aparta la vista de lo que ve. No dice una palabra, pero desea. Este suspiro es
el deseo de ser puesto en libertad. Y Dios oye muchos suspiros de esta clase.
Nuestros anhelos cuando no tienen cumplimiento, los pensamientos tristes: “¡Oh!,
cuándo seré librado de la carga de mi pecado y la frialdad de mi corazón!”;
todos estos deseos eran sus suspiros, y han sido oídos arriba” (Phillip
Bennet Power)
Recordemos: Aún en
el dolor fruto de nuestras malas decisiones podemos encontrar nuestra esperanza
en la Misericordia de Dios…
DECH
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