miércoles, 1 de agosto de 2012

Dios es Nuestro Anhelo…


Leer Salmo 79

El trasfondo histórico de este Salmo es seguramente la destrucción del Templo y la toma de Jerusalén por Nabucodonosor en el 586 a.C. Algunos comentaristas piensan que su verdadero autor fue el profeta Jeremías, quien también escribiera Lamentaciones en condiciones similares.

John Mac Arthur dice al respecto: “Este Salmo contiene oración por las necesidades espirituales de la Nación, maldiciones contra los enemigos del pueblo de Dios, y alabanzas en anticipación de las acciones de Dios. Este Salmo ayuda al creyente a expresar su angustia en una calamidad cuando parece que Dios se ha alejado”

El salmista describe la Calamidad…
  • “Oh Dios, vinieron las naciones a tu heredad… Derramaron sangre como agua en los alrededores de Jerusalén… Somos afrentados… escarnecidos y burlados…” (Salmos 79:1-4)
Imágenes muy duras nos dan a entender la indignación y perplejidad del salmista. La realidad detrás de esta historia es que por muchos años el mismo pueblo de Dios había profanado el templo con sus pecados por ese motivo Dios permitió que sus enemigos lo profanaran con su insolencia. “Esto era peor aún que los azotes y heridas porque estos solo eran infligidos sobre el cuerpo… pero el escarnio y el oprobio hieren solo el alma y dejan un aguijón detrás” (John Trapp)

El salmista manifiesta los Cuestionamientos…
  • “¿Hasta cuándo, oh Jehová? ¿Estarás airado para siempre?... Porque han consumido a Jacob, y su morada han asolado” (Salmos 79:5-7)

La consecuencia directa de la angustia suele ser la duda que se expresa en preguntas penetrantes y llenas de impaciencia como “¿Hasta cuándo… estarás airado para siempre?”. En el fondo estos cuestionamientos expresan que “nada deseaban tanto como el que Dios se reconciliase con ellos, y entonces sería frenado el furor de sus enemigos” (Mathew Henry)

El salmista expresa el Clamor…
  • “No recuerdes contra nosotros las iniquidades… Vengan pronto tus misericordias a encontrarnos, porque estamos muy abatidos. Ayúdanos, oh Dios de nuestra salvación…” (Salmos 79:8-10)
El pedido del salmista es bien específico y considera:
  1. La Misericordia de Dios: “No recuerdes… vengan pronto tus misericordias”
  2. La Situación del Pueblo: “Estamos muy abatidos”
  3. La Base de la Solución: “Ayúdanos, oh Dios de nuestra Salvación”
  4. La Necesidad Prioritaria: “Y líbranos, y perdona nuestros pecados”
Cuando reconocemos nuestros pecados y necesidades Dios puede aplicar Su Misericordia…

El salmista declara la Confianza…
  • “Llegue delante de ti el gemido de los presos… Y nosotros pueblo tuyo… te alabaremos para siempre…” (Salmos 79:11-13)
“Cuando el cautivo mira por entre las barras de hierro que noche y día son centinelas mudos a la ventana de su celda y cuando sus ojos caen sobre los campos y bosques lejanos, suspira y aparta la vista de lo que ve. No dice una palabra, pero desea. Este suspiro es el deseo de ser puesto en libertad. Y Dios oye muchos suspiros de esta clase. Nuestros anhelos cuando no tienen cumplimiento, los pensamientos tristes: “¡Oh!, cuándo seré librado de la carga de mi pecado y la frialdad de mi corazón!”; todos estos deseos eran sus suspiros, y han sido oídos arriba” (Phillip Bennet Power)

Recordemos: Aún en el dolor fruto de nuestras malas decisiones podemos encontrar nuestra esperanza en la Misericordia de Dios…
DECH

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