martes, 31 de julio de 2012

Dios es Nuestra Oportunidad…


Leer Salmo 78

“Este Salmo didáctico fue escrito para enseñar a los niños cuán lleno de gracia había sido Dios en el pasado a pesar la rebelión e ingratitud de sus antecesores. Si los niños aprendían bien la interpretación teológica de la historia de su nación, se podía tener esperanza de que no sean como sus padres (v.8)” (John Mac Arthur)

El Salmo 78 es verdaderamente un resumen de historia de Israel desde los tiempos de Moisés hasta después del exilio de las diez tribus del Norte. Básicamente es una historia de rebeliones, retribuciones y Gracia. Era importante que las siguientes generaciones pudieran cantar y memorizar estas verdades a fin de evaluar sus conductas y no caer en el mismo error que sus antepasados…

El Señor hace un llamado a Enseñar…
  • “Escucha pueblo mío mi ley… Para que lo sepa la generación venidera y los hijos que nacerán… A fin de que pongan en Dios su confianza, y no se olviden de las Obras de Dios…” (Salmos 78:1-8)
“El paño teñido en crudo conserva mejor el color. Los discípulos en la juventud resultan ángeles en la edad adulta. El uso y la experiencia refuerzan y confirman toda clase de arte y ciencia. Cuanto más tiempo ha sido criado tu hijo en la escuela de Cristo, más capaz será de resistir las estratagemas y falacias de Satanás y evitarlas. Cuánto más ha estado aprendiendo este oficio, más habilidad tendrá al adorar y gozarse del bendito Dios. El árbol, cuando es maduro, resiste bien el viento, justo en la forma en que se hizo rígido el tronco cuando era joven” (George Swinnock)

La historia enseñaba que sus antecesores habían fracasado groseramente vez tras vez… La clave del éxito estaba en las nuevas generaciones que debían ser enseñadas para que “pongan en Dios su confianza” y “no sean como sus padres”

El Señor hace un llamado a Entender…
  • “Los hijos de Efraín… se olvidaron de sus obras… Pues tentaron a Dios a su gusto… Y no dieron crédito a sus maravillas… Si los hacía morir entonces buscaban a Dios… Pues sus corazones no eran rectos con él… Pero él misericordioso perdonaba…” (Salmos 78:9-39)
¿Cuál era la razón de su fracaso nacional? ¿Dónde se encontraba el hilo conductor de tantas desazones? Al hacer un examen minucioso del texto descubrimos que en sus hechos, en sus palabras, en sus razonamientos y en sus corazones ellos eran esencialmente incrédulos como dice el versículo 22: “Por cuanto no habían creído a Dios, ni habían confiado en su salvación”. Su relación con El Señor era meramente formal, religiosa y egoísta… “Si los hacía morir, entonces buscaban a Dios…” (v.34)

Era fundamental entender que en esa incredulidad se hallaba la raíz de sus problemas y que la causa de que aún siguieran existiendo era solamente la Misericordia de Dios que continuamente detenía Su Mano y les daba una nueva oportunidad…

El Señor hace un llamado a Esperar…
  • “¡Cuántas veces se rebelaron contra él en el desierto!... Los guió con seguridad, de modo que no tuvieran temor… Entregó también a su pueblo a la espada…. Eligió a David su siervo… Y los apacentó conforme a la integridad de su corazón…” (Salmos 78:40-72)
Al leer el Salmo 78 podemos tener la seguridad de que existen dos cosas que debemos esperar:
  1. La Justicia de Dios que se derrama sobre los pecadores, incluso cuando los pecados fueran cometido por su propio Pueblo… “Entregó también su pueblo a la espada…” (v.62)
  2. La Gracia y la Misericordia de Dios que da nuevas oportunidades a quienes ama a pesar de sus infidelidades, en este caso expresadas en la liberación y el liderazgo de David
Recordemos: “Si fuéremos infieles, Él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo” (2 Timoteo 2:13)
DECH

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