viernes, 6 de julio de 2012

¿Hacemos nuestra parte?

En el diario, una nota llevaba por título “hemos aprendido de los errores... para no repetirlos...”

Otra nota decía: “Los peligros de mirar para otro lado. Los problemas de... no eran tan grandes como para tener tanta repercusión internacional, pero en la práctica desataron un pánico que se extendió por el mundo... Los más fuertes... podrían haber ayudado ... a hacer frente a sus problemas, pero nadie asumió el reto”

La Biblia nos explica nuestra condición frente al mundo a través de las palabras del Señor Jesucristo:

  • “Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos. Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre Santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros. Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; y a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese. Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos. Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo... no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo... como tú me enviaste al mundo, así yo los he env iado al mundo” (Juan 17:9-18)


Ahora bien, no somos del mundo aunque estamos en él... ¿nos hemos preguntado la razón por la cual fuimos dejados aquí?

  • “Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere ¿con qué será salada? no sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres. Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mateo 5:13-16)
  • “¿Cómo, pues invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?” (Romanos 10:14)


En su momento, Dios no encontró a quien buscaba para hacer la tarea:

  • “Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé” (Ezequiel 22:30)


¿Encontrará en nosotros lo que busca?

  • “... hombre de verdad, ¿quién lo hallará?... mujer virtuosa ¿quién la hallará?...” (Proverbios 20:6, 31:10)


El Apóstol Pablo era enfático al decir “Pero cada uno como el Señor le repartió, y como Dios llamó a cada uno, así haga; esto ordeno en todas las iglesias” (1 Corintios 7:17)

Recordemos: A cada uno de nosotros Dios nos dejó en el mundo y nos dio dones y talentos para hacer lo que nos corresponde, según Su Propósito.

TBS

No hay comentarios:

Publicar un comentario