Leer Salmo 68
El Salmo 68 fue compuesto por David
cuando el Arca del Pacto fue llevada desde la casa de Obed-Edom hasta el
tabernáculo que había preparado en Sion para albergarla (ver 2 Samuel 6:1) o
después de la victoria contra los amonitas (ver 2 Samuel 10). Según el Dr.
Cohen: “El tema básico es la marcha triunfal de Dios a través de la historia
pasada de Israel como esperanza de su Realeza sobre todo el mundo en el
futuro”. Es por ese motivo que pueden descubrirse en su contenido
diferentes aspectos de Dios en su relación con Su Pueblo…
En Dios hay Alegría…
-
“Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos… Mas los justos se alegrarán, se gozarán, y saltarán de alegría…” (Salmos 68:1-6)
El traslado del Arca del Pacto a un
lugar considerado sagrado fue un evento de mucha importancia para el Pueblo de
Israel en aquellos días, pero como dijera Charles Spurgeon: “El arca habría
sido un pobre líder si el Señor no hubiera estado presente con el símbolo. Antes
de movernos deberíamos, siempre, desear ver al Señor dirigiendo el camino”.
Es por eso que el salmista pide que Dios mismo vaya por delante de Su Pueblo,
porque cuando esto sucede hay motivos para el gozo verdadero. Como decía
Nehemías: “no os entristezcáis porque que el gozo de Jehová es vuestra
fuerza” (Nehemías 8:10)
En Dios hay Abundancia…
-
“Oh Dios, cuando tú saliste delante de tu pueblo… Abundante lluvia esparciste, oh Dios; a tu heredad exhausta tú la reanimaste…” (Salmos 68:7-16)
El Pueblo de Israel era guardado por
Dios mismo de tal manera que no había mendigos en las calles. Nosotros, hoy en
día, aunque pudiéramos ser pobres ante los ojos de la sociedad y necesitados por
naturaleza, somos enriquecidos por la Gracia, la plenitud en el Espíritu Santo,
Su Providencia y Provisión que solo vienen a través de Su Bendición inmerecida.
En Él hay más que suficiente para disfrutar vidas plenas, “porque ya
conoceis la gracia de Nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo
pobre , siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos”
(2 Corintios 8:9)
En Dios hay Amparo…
-
“Los carros de Dios se cuentan por veintenas de millares de millares… Bendito el Señor; cada día nos colma de beneficios el Dios de nuestra salvación…” (Salmos 68:17-27)
Charles Spurgeon escribió: “Los
beneficios de Dios no son pocos ni livianos; son muchos y enormes. Ni tampoco
son intermitentes, sino que nos vienen “diariamente”; ni están confinados a uno
o dos favoritos, porque todo Israel puede decir: Él nos colmó de
beneficios”. Por ese motivo el Salmo 103:2 nos recuerda: “Y no olvides
ninguno de sus beneficios”. Son múltiples, son variados, suplen cada
necesidad del alma humana… Dios no desampara a los suyos en ningún momento y
todo cuanto Él permite es para nuestro bien…
En Dios hay Ánimo…
-
“Tu Dios ha ordenado tu fuerza; confirma, oh Dios, lo que has hecho para nosotros… Atribuid poder a Dios… El Dios de Israel, él da fuerza y vigor a su pueblo. Bendito sea Dios” (Salmos 68:28-35)
Otra reflexión de Charles Spurgeon
nos permite enfocarnos correctamente en el sentido de este texto: “Que
nunca, debido a nuestras dudas o nuestros desplantes arrogantes, pueda parecer
que negamos el poder a Dios; por el contrario, al ceder ante Él y confiar en Él,
que nuestros corazones reconozcan su Poder. Cuando nos hemos reconciliado con
Dios, su omnipotencia es un atributo del cual cantamos con
deleite”
Recordemos: Es en
Dios, no en nuestras limitadas capacidades, donde se encuentra la respuesta para
vivir una vida victoriosa…
DECH
No hay comentarios:
Publicar un comentario