miércoles, 25 de julio de 2012

El Arco Iris de la Vida - Artículo de Tatiana Sanzarowski


Hace algunos años, empecé a usar la frase “siempre después de la tormenta sale el sol”, la que surgió luego de leer el relato del Diluvio, y la promesa de Dios de no volver a castigar a la tierra con otro inundación similar, para lo cual puso su marca en el cielo que es el Arco Iris (Génesis 9).
Para que después de una tormenta haya un arco iris en el Cielo, es necesario que brille el sol, se refleje en las gotas de agua, y siga todo el proceso natural. Al pensar en esto muchas veces usé esta idea para animarme en medio de las tempestades de la vida, y para animar a otros cuando pasaban por pruebas y dificultades.
Pero... un día pensé que el arco iris era algo que aparecería en el Cielo, por obra de la Naturaleza y de nuestro Creador, lo cual es completamente ajeno a mí y a mis capacidades personales.
Y en un determinado momento, pasando por una dificultad que estaba superándome, que era más grande de lo que yo creía que podría soportar, leí esta frase: “Sea usted el arco iris en la tempestad de la vida”
No conozco al autor, era parte de un libro de devocionales, pero ¡cuán certeramente llegó a mi corazón!
Muchas veces la vida se transforma toda en una gran tempestad, donde cada brisa que corre se convierte en un huracán, donde cada gota de agua parece inundarlo todo y donde un simple relámpago nos suena al rayo más fuerte jamás visto... Y este autor decía: ¡“Sea usted el arco iris en medio de la tempestad de la vida”!
Uno corre para escapar de la lluvia, se esconde para que el rayo no lo fulmine, se toma fuerte de algo para que el viento no lo arrastre... ¿Cómo se puede pensar en ser el arco iris?
Para que haya un arco iris debe brillar la luz del Sol... y vinieron a mi mente algunos textos de la Biblia que alumbraron mi camino...
En Juan 8:12 Jesús dijo “Yo soy la luz del mundo... el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”
Y en Mateo 5:14 Jesús dijo: “Vosotros sois la luz del mundo...”
Y en Efesios 5: 8 encontramos: “Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz”
Si Cristo es nuestra Luz y dejamos que brille en nosotros, reflejaremos esa luminosidad y cada gota de agua que haya en la tormenta de nuestra vida ¡SERA PARTE DEL GRAN ARCO IRIS EN QUE NOS CONVERTIREMOS!
Y podremos ser una “señal en el cielo” para aquellos que nos observen y podremos cumplir con el propósito divino de Hechos 13:47...
“Te he puesto para luz de los gentiles, a fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra”
Tatiana Sanzarowski

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