Leer Salmo 73
Thomas Perowne escribió: “El
salmo setenta y tres es un testimonio notable de la lucha mental que un judío
eminente y piadoso sufrió al contemplar las condiciones respectivas de los
justos y de los malvados”. Quizás lo más impactante es considerar quien era
su autor, nada más y nada menos que Asaf quien dirigiera la alabanza de Israel
en días del Rey David:
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"Y puso delante del arca de Jehová ministros de los levitas, para que recordasen y confesasen y loasen a Jehová Dios de Israel; Asaf el primero" (1 Crónicas 16:4-5)
Aún el hombre más fiel puede quedar
perplejo ante los grandes misterios de la vida, lo cual sencillamente expresa la
debilidad de nuestra condición humana y la necesidad permanente que tenemos de
ponernos en perspectiva en relación a las cosas eternas en lugar de atarnos al
destino de las cosas pasajeras…
El salmista declara su Confianza…
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“Ciertamente es bueno Dios para con Israel, para con los limpios de corazón” (Salmos 73:1)
“Por más que el diablo y sus
secuaces digan lo que quieran, yo nunca los creeré: lo he dicho antes y no tengo
razón para retractarme: “Ciertamente Dios es Bueno”. Aunque algunas veces pueda
esconder su rostro durante un tiempo, con todo, lo hace en fidelidad y amor; hay
bondad en los mismos azotes y amor en la vara” (James Janeway)
En las pruebas no es puesto en la
balanza el Carácter de Dios sino lo que hay en nuestro corazón. El ancla más
firme para enfrentar las tormentas de la vida es recordar vez tras vez, hasta
que se haga parte de nuestro mismo ser, que pase lo que pase Él sigue siendo
Bueno y todo lo que hace y permite es para nuestro bien (Ver Salmos 27:13-14;
Nahum 1:7; Romanos 8:28)
El salmista declara su Confusión…
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“En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies… Porque tuve envidia de los arrogantes… Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón…” (Salmos 73:2-16)
Charles Spurgeon dijo: “De este
modo tan necio discute el más sabio de los hombres cuando su fe cabecea y se
duerme. Asaf era un vidente, pero no podía ver cuando su razón lo abandonaba y
lo dejaba en la oscuridad”
Un momento de duda es comprensible
aún en el mas fiel creyente, pero una vida condicionada por las preguntas sin
respuesta es la evidencia de inmadurez o agnosticismo galopante… Asaf dudó pero
su madurez triunfó…
El salmista declara su Convicción…
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“Hasta que entrando en el santuario comprendí el fin de ellos… Me tomaste de la mano derecha, me has guiado según tu consejo, y después me recibirás en gloria… Pero en cuanto a mi el acercarme a Dios es el bien; he puesto en Jehová el Señor mi esperanza…” (Salmos 73:17-28)
La frase “entrando en el
santuario” implica, como ha sido traducida en otras versiones, entrar en
“los secretos de Dios”. Solemos olvidar que Dios se maneja en una
“esfera” de espacio y tiempo diferente a nuestra realidad, porque Él
vive en la Eternidad, por lo tanto solemos condicionar nuestra fe a lo que vemos
o sentimos. Solo cuando podemos ver más allá de nuestra pequeña vivencia es que
vamos a tener la perspectiva real de las cosas y recordaremos lo que Dios hizo,
hace y renovaremos nuestra confianza en lo que Él es Capaz de hacer… Ese será el
momento donde podremos decir con el salmista: “Pero en cuanto a mí el
acercarme a Dios es el bien”
Recordemos: La
esperanza y el bien se encuentran en las cosas celestiales; no perdamos nuestra
vida derrotados por las terrenales…
DECH
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