sábado, 7 de julio de 2012

Eclipse de Dios


Recientemente el Papa Benedicto XVI parafraseando al filosofo judío Martin Buber dijo que nuestra sociedad sufre un “eclipse de Dios” atribuyendo al materialismo y la modernidad las razones por las cuales el Creador se ha transformado en un concepto difuso para la generación del nuevo milenio. Fue Buber quien escribió: existe un eclipse de Dios de igual forma que existe un eclipse solar, y la hora que nos toca vivir es una hora de tiniebla”.   La verdad es que vivimos en un mundo en el cual la evolución de diferentes líneas de pensamiento ha opacado el concepto de Dios en la mente de la mayoría de las personas, pero creer que este es un problema nuevo es un error de apreciación ya que el mismo Platón afirmaba:  Es difícil  investigar y hallar al Diseñador y Padre del Universo, y si se le pudiera encontrar, sería imposible explicárselo a otros de manera que lo pudieran comprender.

En lo personal pienso que esto es simplemente la consecuencia de una infructuosa tarea humana, la de pretender buscar explicaciones a asuntos que no tienen explicación y que requieren sencillamente de fe para que tengan razón de ser…

Le pido que me acompañe a una de esas grandes historias de La Biblia; el día en que Moisés encontró al Creador en una zarza ardiente.  Por favor, lea Éxodo 3:4-14

Si prestó atención habrá notado que Moisés tenía dos grandes interrogantes existenciales que lo atormentaban en este encuentro con El Señor:
1.       ¿Quién soy yo?
2.       ¿Quién es Dios?
Y si tuvo la suficiente perspicacia habrá notado que Dios no le respondió satisfactoriamente ninguna de las dos preguntas.  El simplemente dijo:
  1. Ve, porque yo estaré contigo…
  2. YO SOY EL QUE SOY
Moisés, un verdadero varón de Dios, estaba tan perplejo como usted o yo podemos estarlo a la hora de tratar de entender al Creador.  La verdad es que El no nos da demasiadas explicaciones, simplemente hace Sus Obras y espera que nosotros tengamos la sensibilidad suficiente como para atribuírselas. En un sentido ante nuestra pregunta: “¿Quién es Dios?”, El cómo Soberano Creador nos demanda SUMISIÓN; es decir que creamos simplemente porque El lo dice, independientemente de si llegamos a entenderle o no. La SUMISION que nos demanda El Señor tiene que ver con nuestra PERSPECTIVA de la vida… ¡El es Dios!, por lo tanto merece nuestra honra…

El Salmo 8 versículos 3 y 4 dice: “Cuando veo los cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?”

No pienso que creer en Dios sea un suicidio intelectual porque tenemos demasiadas evidencias acerca de Su Existencia y la Veracidad de La Biblia, pero sí sé que la fe “es la certeza de lo que espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11:1), por lo tanto: …sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay,  y que es galardonar de los que le buscan (Hebreos 11:6)

En estos días recibimos la visita de nuestro hijo, su esposa y Jonah… mi primer nieto.  ¡Ser abuelo es una experiencia maravillosa! Uno de los momentos que más disfruto es cuando mi nieto y yo nos “descubrimos” mutuamente.  Eso puede suceder cuando se despierta o cuando llega de algún paseo.  Nuestras miradas se cruzan y Jonah me regala una sonrisa inolvidable.  Entonces me doy cuenta que no fue suficiente haber estado en el hospital el día en que nació; quiero verle crecer, quiero conocerle más.  Hay toda una vida por delante para disfrutarlo y quiero aprovechar cada minuto que Dios me regale para que esa mágica relación no se corte sino por el contrario, se afiance con el paso de los años.

Esto me hizo pensar en Dios y yo.  No busco explicaciones para la existencia de mi nieto… solo disfruto ser parte de su vida, pero, ¿Qué pasa con El Señor? Oseas 6:3 dice: “Y conoceremos y proseguiremos en conocer al Señor”. Nunca encontramos en la Biblia que tenemos que “explicar” a Dios; solo conocerle y una vez que le conocemos… seguir conociéndole… Puede parecer simplista, pero no lo es; solo la fe puesta en el lugar correcto satisface la necesidad del alma humana.  El Dios que creó todas las cosas es el mismo nos amó a pesar de nuestros pecados y rebeliones… Conocerlo y seguir conociéndole es lo mejor que nos puede suceder… y quien viva de esta manera nunca sufrirá un “eclipse de Dios”

DECH

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