viernes, 13 de julio de 2012

¿Patria o dinero?

La pregunta que se hacía el autor de la nota era: “¿es patria o dinero lo que mueve a...?” Hacía referencia a deportistas y citaba dichos periodísticos extremos que aseguraban que determinado equipo perdió un campeonato debido a que no cantó su himno nacional. El escritor se preguntaba si “el patriotismo es en serio la clave de ese tipo de espíritu nacional” ya que se sabe que en ese deporte los equipos exitosos no son siempre los que cuentan con las más grandes estrellas. Los campeones operan como equipos, con cohesión, haciendo a un lado el ego de las prima donnas, y cada jugador está dispuesto a trabajar por los otros.

Más allá de lo puramente deportivo, ¿reconocemos el concepto de estas declaraciones? Se encuentra en la Biblia, y se refiere a nosotros mismos y la manera en la cual deberíamos desenvolvernos en la Obra de Dios y en relación con nuestros hermanos y colaboradores:

  • “A éstos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles... Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente, no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto” (1 Pedro 1:12; 5:2)
  • “Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios, el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica” (2 Corintios 3:4-6)

Sin importar tanto para qué “equipo local juguemos” o en que iglesia o ministerio nos desarrollemos. Sin tener en cuenta en que “fase del campeonato” o que puesto ministerial alcancemos; lo verdaderamente primordial debería ser que nos preguntemos: ¿Para quién jugamos? 

¿Colocamos en primer lugar “el progreso del evangelio y la gloria de Dios” o destacamos y lucimos nuestras cualidades de oratoria, nuestra capacidad de convocatoria, nuestros intereses personales de cualquier tipo?

Pablo advertía a los corintios:

  • “Pues me temo que cuando llegue, no os halle tales como quiero... que haya entre vosotros contiendas, envidias, iras, divisiones, maledicencias, murmuraciones, soberbias, desórdenes... y quizá tenga que llorar por muchos de los que antes han pecado...” (2 Corintios 12:20)
Y aseguraba a los de Filipos:

  • “Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido, han redundado más bien para el progreso del evangelio” (Filipenses 1:12)

El enfoque correcto debería ser el siguiente:
  • “Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica” (1 Corintios 3:10)

Recordemos: Cada uno de nosotros tiene una tarea encomendada hasta llegar a la patria celestial, y a ella deberían apuntar cada una de nuestras acciones.

TBS

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