domingo, 22 de julio de 2012

Dios es Nuestra Confianza…


Leer Salmo 69

“Este Salmo ha sido en general considerado como mesiánico. No hay porción de las Escrituras del Antiguo Testamento que sea mencionada con mayor frecuencia en el Nuevo, con excepción del Salmo 22” (Stewart Perowne)

Algunos comentaristas atribuyen este Salmo a David, tal como está mencionado en el título, mientras que otros piensan que fue escrito por Jeremías. Más allá de esto, lo cierto es que mucho de este Salmo es aplicado a Cristo y sus sufrimientos por los escritores del Nuevo Testamento, aunque en un sentido más amplio también puede expresar los sentimientos de un creyente que está siendo horriblemente perseguido.

Podemos ver en él tres aspectos básicos de un sufriente:

Su Condición…
  • “Sálvame, oh Dios, porque las aguas han entrado hasta el alma. Estoy hundido en cieno profundo, donde no puedo hacer pie…” (Salmos 69:1-12)
Al comentar este Salmo y haciendo referencia al Señor Jesucristo, Charles Spurgeon decía: “La angustia corporal no es su queja principal; empieza no con la bilis que le amargaba los labios, sino con la aflicción poderosa que partía su corazón. Todo el mar que se halla fuera de un navío es menos de temer que el que se encuentra dentro. En todo esto Él simpatiza con nosotros y es capaz de socorrernos, como cuando Pedro empezó a hundirse y gritó: ¡Señor, sálvame que perezco!”

La angustia de un alma herida es un dolor mayor que los que aquejan el cuerpo, pero Aquel que sufrió en cuerpo y alma puede entendernos y ayudarnos a sobrepasar cualquier trance por más terrible que este parezca…

Su Consuelo…
  • “Pero yo a ti oraba, oh Jehová, al tiempo de tu buena voluntad; Oh Dios, por la abundancia de tu misericordia, por la verdad de tu salvación, escúchame… Mas a mí, afligido y miserable, tu salvación, oh Dios, me ponga en alto” (Salmos 69:13-29)
La miseria necesita de misericordia ya que cuando se multiplican los quebrantos solo la abundante Gracia de Dios es suficiente… Como dijera Charles Spurgeon: “Todo lo que necesita el que sufre es que Dios se halle cerca; una sonrisa del cielo va a calmar la furia del infierno”

Su Confianza…
  • “Alabaré yo el nombre de Dios con cántico, lo exaltaré con alabanza… Buscad a Dios y vivirá vuestro corazón, porque Jehová oye a los menesterosos, y no menosprecia a sus prisioneros…” (Salmos 69:30-36)
El salmista presenta una breve secuencia donde expresa su confianza en medio de las pruebas y el efecto que eso produce en otros…
  1. “Alabaré yo el nombre de Dios…Y agradará a Jehová…”
  2. “Lo verán los oprimidos… Y se gozarán…”
  3. “Buscad a Dios… y vivirá vuestro corazón”
Esto se llama llanamente “causa y efecto”. Si estamos dispuestos a tener la respuesta correcta ante las adversidades, veremos el efecto transformador que resulta de esa buena actitud…
  • “…porque también Cristo padeció por nosotros dejándonos ejemplo para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente” (1 Pedro 2:21-23)
Recordemos: Una sonrisa del Cielo cambia el dolor en esperanza…
DECH

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