El Señor Jesucristo no temía hacer preguntas y escuchar las respuestas que reflejarían opiniones y necesidades:
- “Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre... Y vosotros, ¿quién decís que soy?” (Mateo 16:13-15)
- “Y estando juntos los fariseos, Jesús les preguntó, diciendo: ¿qué pensáis del Cristo?..." (Mateo 22:41)
- “Jesús... mandó traerle a su presencia; y cuando llegó, le preguntó, diciendo: ¿Qué quieres que te haga?...” (Lucas 18:40)
Jesús había dicho con absoluta seguridad y conocimiento:
- “Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Estas cosas son las que contaminan al hombre...” (Mateo 15:18-20)
Él no le temía a las palabras y los pensamientos de las personas, porque sabía quién era y a qué había venido a la tierra:
- “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir... No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada” (Mateo 5:17, 10:34)
- “Jesús dijo: Para juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados... yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia... Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas...” (Juan 9:39; 10:10; 12:46)
- “Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese” (Juan 17:4)
Hay una razón concreta por la cual no debemos temer a las opiniones o expresiones de los demás y se encuentra especificada en Filipenses 1:27-28
- “Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio, y en nada intimidados por los que se oponen, que para ellos ciertamente es indicio de perdición, mas para vosotros de salvación; y eso de Dios”
Recordemos: La libertad que obtenemos en Cristo sale desde lo más profundo de nuestro ser cubriendo todas nuestras necesidades.
TBS
No hay comentarios:
Publicar un comentario