jueves, 23 de agosto de 2012

Dios es Nuestro Espejo…


Leer Salmo 101

“Este es precisamente un Salmo que el hombre según el corazón de Dios redactaría cuando estaba a punto de llegar a ser rey de Israel. Es de David por completo, directamente, decididamente; no hay indicio de vacilación; el Señor le ha designado para ser rey, y él lo sabe; por tanto, se propone en todas las cosas comportarse como corresponde a un monarca a quien el mismo Señor ha escogido” (Charles Spurgeon)

También conocido como el “Salmo de las resoluciones piadosas” o “El espejo para los magistrados”, este cántico expresa una serie de proposiciones de un corazón honesto, que entiende que nunca alabaremos mejor al Señor que cuando hacemos las cosas que son agradables a su vista… Algunos comentaristas creen que David lo escribió luego de preguntarse “¿Cómo ha de venir a mí el arca de Jehová?” (2 Samuel 6:9), el día que Uza muriera al intentar sostener el Arca del Pacto sin ser un sacerdote designado para ese fin. Ser rey de Israel significaba buscar la santidad personal pero también la pureza de su pueblo… esto le llevaba a tomar una serie de sabias elecciones…

El salmista elige la Virtud…
  • “Misericordia y juicio cantaré… Entenderé el camino de la perfección cuando vengas a mí. En la integridad de mi corazón andaré en medio de mi casa” (Salmos 101:1-2)
La “misericordia y juicio (o justicia)” eran un contraste muy marcado con el reinado de Saúl. Para lograr marcar esa diferencia David entendía que debía andar en “camino de perfección” e “integridad”.

Es interesante observar que David dice que su andar integro sería evidente “en medio de mi casa”. Como explicara John Maxwell: “Una persona con integridad no divide su lealtad (eso es duplicidad), ni finge ser de otra manera (eso es hipocresía). La gente con integridad es gente completa; puede identificarse por tener una sola manera de pensar. Las personas con integridad no tienen nada que esconder ni nada que temer. Sus vidas son libros abiertos”

El salmista elige la Victoria…
  • “No podré delante de mis ojos cosa injusta… Corazón perverso se apartará de mí; no conoceré al malvado…” (Salmos 101:3-5)
Una traducción del versículo 3 dice: “No pondré palabra de Belial delante de mis ojos”, dando a entender que no atendería a los aduladores que le podrían hacer errar el camino.

“Un pájaro puede descender y posarse sobre la casa de uno, pero puede decidir si hace nido allí o no; y el diablo o sus instrumentos pueden presentar un objeto malo a la vista de un hombre, pero este puede decidir si lo acepta y abraza o no. El que un hombre ponga delante de sus ojos cosas malas no es otra cosa que pecar en el propósito, disponerse a pecar o venderse al pecado” (George Hakewill)

El salmista elige la Verdad…
  • “Mis ojos pondré en los fieles de la tierra para que estén conmigo; el que ande en el camino de la perfección, éste me servirá… El que habla mentiras no se afirmará delante de mis ojos” (Salmos 101:6-8)
La mentira y las malas artes no necesitan ser nuestras prácticas para transformarse en nuestras compañeras. Si nos rodeamos de quienes erran el camino, tarde o temprano seremos afectados con su corrupción. David en su condición de líder social y espiritual del pueblo de Dios debía no solo ser honesto en esencia sino también en experiencia, para lo cual era clave que revisara adecuadamente quienes eran las personas que le rodeaban y servían. Ya había declarado en el Salmo 1:1 este propósito de vida: “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado”

Recordemos: Somos responsables por nuestras elecciones de vida…
DECH

No hay comentarios:

Publicar un comentario