En estos días sucedió un hecho
insólito, sobre el cual se hablaba en el periódico de la siguiente manera:
“un barco insignia de... buque de guerra en misión militar y que por
consiguiente tiene inmunidad diplomática fue confiscado... muy lejos de casa...
El problema es tan serio que se preparan para una larga estadía... tardíamente
fueron enviados el vicecanciller y el viceministro de defensa... No tuvieron en
cuenta el riesgo que implicaba ir a... se había advertido del peligro pero nadie
atendió la alarma... la nave está retenida desde hace... por la justicia de ese
país a pedido de un tribunal de... a causa de una deuda...”
Más allá de las verdades del hecho o
de la real situación diplomática, esta lectura me llevó a pensar en una realidad
absoluta que nos muestra la Palabra de Dios. En ella aprendemos que nuestro ser
interior eterno, se mueve dentro de una carcaza exterior que algún día detendrá
su marcha:
-
“Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos” (1 Corintios 5:1)
En ese momento ya no habrá vuelta
atrás, solamente una larga estadía con la eternidad por delante, luego del
dictamen final del Juez Supremo de los Cielos y la Tierra:
-
“Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino” (2 Timoteo 4:1)
Hoy en día, cuando todavía hay
tiempo, están las advertencias concretas, claras y directas:
-
“Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos. Pero cuando oyeron lo de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Ya te oiremos acerca de esto otra vez... mas algunos creyeron, juntándose con él...” (Hechos 17:30-34)
-
“Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados, para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio” (Hechos 3:19)
-
“¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?" (Romanos 2:4)
Tengamos cuidado, para que no nos
ocurra lo que a Esaú:
-
“...como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura, Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas” (Hebreos 12:16-17)
El día que llegue el veredicto final,
ya no habrá manera de anularlo o concederle una prórroga...
-
"Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio" (Hebreos 9:27)
-
"Y vi un gran trono gran trono blanco... y los libros fueron abiertos... y fueron juzgados por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras... Y el que no se halló inscrito en el Libro de la Vida fue lanzado al lago de fuego" (Apocalipsis 20:11-15)
Recordemos:
Escuchemos al Señor y atendamos a su Palabra mientras hay tiempo...
TBS
No hay comentarios:
Publicar un comentario