viernes, 26 de octubre de 2012

Amor, no odio...


La nota comenzaba con esta frase: “El odio está de moda” y se le preguntaba a una persona si había sentido odio al sufrir determinado episodio en su vida. Su respuesta fue que: “sintió desconcierto, preocupación, bronca. Pero que el odio está presente allá y acá... si se piensa que en todo lugar hay enemigos, la consecuencia lógica es el odio...”; luego continuaba diciendo: “Yo tengo preguntas, no respuestas... me la paso dudando y eso es humano...”

Leamos Proverbios 10:12 y 26:24,26:
  • “El odio despierta rencillas; pero el amor cubrirá todas las faltas... El que odia disimula con sus labios; mas en su interior maquina engaño... Aunque su odio se cubra con disimulo, su maldad será descubierta en la congregación”
El odio no tiene absolutamente nada que ver con Dios. Dios es Amor, como ya sabemos y nos dice 1 Juan 4:8:
  • “El que no ama no ha conocido a Dios; porque Dios es amor”
Aunque las palabras de David en el Salmo 139:21 pueden llegar a confundirnos al leer “¿No odio, oh Jehová, a los que te aborrecen, y me enardezco contra tus enemigos?”, él mismo le pidió a Dios que examinara esos sentimientos al continuar diciendo: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame, y conoce mis pensamientos” (vs. 23)

Dios nos dice encarecidamente que no odiemos, sino que por el contrario amemos aún a nuestros enemigos y a quienes nos dañan:
  • “Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos” (Mateo 5:43-45)
Y la advertencia más severa es para aquellos que dirigen su odio hacia lo Alto:
  • “Conoce pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos... y que da el pago en persona al que le aborrece, destruyéndolo; y no se demora con el que le odia, en persona le dará el pago” (Deuteronomio 7:9-10)
Por supuesto que diferentes situaciones pueden generarnos cuestionamientos y preguntas, y puede resultar sumamente difícil aplicar estos mandamientos del Señor, pero debemos aceptar lo que Dios nos dice:
  • “Clama a mí, y yo te responderé y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces” (Jeremías 33:3)
  • “Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor” (Santiago 1:5-7)
  • “Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, de buena conciencia, y de fe no fingida” (1 Timoteo 1:5)
Recordemos: Sin duda, la única opción delante de Dios es el Amor nacido de la fe sincera...

TBS

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