Hace unos días leí en la Revista
Selecciones de Octubre 2012 una nota sobre un surfista que aparecía en el Libro
Guiness por haber remontado la ola más alta, de 23.4 metros en la Roca del
Obispo, Banco de Cortés, California. Más adelante, solo unos días después, leí
otra nota acerca de un surfista que entró en el Libro Guiness por haber
remontado la ola más grande, de 23.8 metros en Portugal.
Poco tiempo entre uno y otro
récord... la ola más grande superada por otra ola más grande... y hasta que
llegue otra ola aún más grande que ambas...
En el momento de comparar ambas notas
y récords, mi corazón se sintió sumamente agradecido porque hay algo, más grande
que todo lo demás, que no pudo ni podrá ser superado jamás por
nada...
-
“Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo...” (Efesios 2:4)
El Amor Inmenso de Dios se mostró
entregando la vida de su Hijo por nuestros pecados:
-
“En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros” (1 Juan 4:9-11)
-
“Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos...” (Juan 15:12-13)
-
“Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia...” (Tito 3:4-5)
Nada podrá superar jamás ese Gran
Amor, podemos estar seguros de ello:
-
“Mirad cual amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios...” (1 Juan 3:1)
-
“...Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?... ¿Quién acusará a los escogidos de Dios?... ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro o espada?... Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 8:31-39)
Recordemos: ¡Debemos
estar inmensamente agradecidos al Señor por semejante Amor!
TBS
No hay comentarios:
Publicar un comentario