lunes, 22 de octubre de 2012

Cambiar para bien...


La nota se refería al cambio de opinión de un legislador acerca de una ley impulsada años atrás por él mismo: “Se declaró en contra de la iniciativa... en las actuales circunstancias no voy a apoyar por cuanto... la Suprema Corte de Justicia a través de sus fallos y la calidad moral e intelectual de sus miembros ha dado sobradas pruebas de ecuanimidad... Me gustaría ver a... dando opinión sobre los importantes temas requeridos... y no involucrado en una pelea indecorosa con...”

Bueno, más allá de los intereses propios o ajenos, un cambio de actitud cuando reconocemos el error es lo más adecuado, aun cuando represente marcha atrás en público ... en grandes proyectos… ¿por qué? Pues, porque si se está equivocado, si lo que veníamos haciendo nos lleva a más error, es necesario cambiar drásticamente.

Dios exige marcha atrás en las conductas que nos llevan por mal camino:
  • “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra” (2 Crónicas 7:14)
  • “Quizá oigan, y se vuelva cada uno de su mal camino, y me arrepentiré yo del mal que pienso hacerles por la maldad de sus obras” (Jeremías 26:3)
  • “...conviértase cada uno de su mal camino, de la rapiña que hay en sus manos... y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo” (Jonás 3:8,10)
Además, es muy interesante la observación de aplicarnos a lo que debemos hacer y no participar en enfrentamientos indecorosos de ninguna clase, que a su vez no conducen a ningún buen final:
  • “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien, con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros... porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús” (Filipenses 2:4,21)
Es necesario que respetemos la trayectoria y buena conducta de aquellos que nos acompañan:
  • “...digno es el obrero de su salario. Contra un anciano no admitas acusación, sino con dos o tres testigos... Los pecados de algunos hombres se hacen patentes antes que ellos vengan a juicio, mas a otros se les descubren después. Asimismo se hacen manifiestas las buenas obras; y las que son de otra manera, no pueden permanecer ocultas” (1 Timoteo 5:19-25)
El Apóstol Pablo es un excelente ejemplo de cambio:
  • "Habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador, mas fui recibido a misericordia... pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús... por esto fui recibido a misericordia..." (1 Timoteo 1:13-16)
Recordemos: Toda conducta puede ser modificada, buscando mejorar y ser de bendición...
TBS

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